Que Unidos Podemos no haya logrado en Aragón ni el segundo diputado para Zaragoza ni el diputado de Teruel, es una muestra clara de sus equivocaciones a la hora de negociar, en un programa electoral muy bonito pero poco eficaz, en sus a veces ansiosas pretensiones de acaparar espacios que no le pertenecen. Unidos Podemos deberían reflexionar y admitir que las equivocaciones en estos seis meses han truncado su ascenso, y que la importancia del barullo de ZeC también ha influido en su clara derrota si nos atenemos a las expectativas creadas.
Si en diciembre con los datos obtenidos y sumados los votos de CHA e IU, sobraban números para esos dos diputados que ahora no se han logrado, algo muy importante se ha fallado desde la izquierda, para que un PSOE derrotado —y se veía en el número de apoderados en las mesas— haya sabido mantener muy bien su posición.
Se ha hablado muy poco y mal de Aragón desde la izquierda, de sus necesidades y sus problemas y cuando se ha hablado de ese aragonesismo que parecían abrazar desde Unidos Podemos, sonaba más a engaño que a realidad. Ha faltado mirada inteleectual y ha sobrado vieja política, ha flatado sosiego y claridad y ha sobrado mala baba y muchos nervios de prepotencia.
El análisis debe ser certero, pues tras un error si se falla en el diagnóstico, vuelven más errores en cadena. Analizaremos con calma hacia dónde han ido los votos de CHA e IU, pero lo que parece claro es que han huido posiblemente porque una cosa sean los militantes de los partidos y otra bien distinta los votantes que sustentan las ideologías y las formaciones.
Julio M. Puente Mateo
Julio M. Puente Mateo