14.6.16

Carrera de cuatro a lomos de todos nosotros

Mucho me temo que volver a ver a los cuatro candidatos en el debate televisivo de ayer, no habrá sacado de dudas a ese treinta por ciento de indecisos. ¿Quién de ellos les da mayor confianza? 

Poco nuevo aportaron más allá de escuchar ataques o las ocurrencias de a ver quién la echa más gorda. Mucha parafernalia en la previa y cuatro candidatos que se siguen mirando a su propio ombligo, ofreciendo más de lo mismo que hace unos meses, aunque haya habido un cambio de actores, Soraya por Mariano.

Tres de ellos matándose por subirse al burro y el otro que no hay Dios que lo baje. Y en esa disyuntiva, aquí estamos la ciudadanía viendo a ver qué pasa, si el que se cree amo del pollino sigue en él, o uno de los tres lo baja y se queda con las riendas. Unos nos venden un paraíso, otro dice que es el infierno. No es que esperara algo diferente de quienes han sido incapaces de llegar acuerdos. Y, ahora viene cuando lo matan.

Promesas algunas de difícil cumplimiento o vacías de argumento, envueltas en cifras que hablan de un país de sueño o tercermundista según quien tomaba la palabra. ¿Quién o quienes tiene la razón?

La razón puede advertirnos de lo que conviene evitar. De no llegar acuerdos Unas nuevas elecciones sería catastrófico para un país que necesita un gobierno estable. Pero al ver la crispación que reina entre ellos, si las urnas no dan una mayoría, la cosa se me antoja complicada. Como Dios no se equivoca, dejemos todo en sus manos y de paso nos coja confesados.

Daniel Gallardo Marin