El 2 de septiembre de 1955, pocos meses antes de ver la luz
el que escribe, desaparecía el Café Ambos Mundos, uno de los cafés de mayores
dimensiones de Europa, tal como rezaba, según me cuentan, un cartel en su
fachada.
Su enorme salón, que invitaba a la conversación, era escenario de
jugosas tertulias de la Zaragoza pomposa y rica del momento. La generación joven
y madura de finales del siglo XIX encontraban allí un lugar de encuentro con
amigos.
Situado junto a la calle Casa Jiménez, en pleno Paseo de la
Independencia, en los números 32 y 34, en la última zona de los porches y en
los locales que luego fueron banco y ahora oficinas de la DGA, con un jardín trasero
para las tardes de verano que llegaba hasta la calle Ponzano, se inauguró el 4
de octubre de 1881.
El Café Ambos Mundos fue una referencia ineludible de la
hostelería zaragozana y de los visitantes de la ciudad en aquellas décadas. Ocupaba
cuatro naves y los bajos de una manzana completa, con una atrevida arquitectura
y decoración interior.
Por su enorme tamaño se le puso el nombre de “Ambos Mundos”
por parte de sus primeros dueños Manuel Puig y José Sánchez. Fue decorado y
pintado por Alejo Pescador actuando de director de obras Antonio Miranda.
A
los 8 años de abrir, José Sánchez tuvo que ceder su parte por impagos al Banco
de Crédito de Zaragoza, propietario de los locales. En el año 1901 cambió de
titularidad al venderse el Café Ambos Mundos a Pablo Calvete, Mariano Pobes y
Remigio Marco quieren tuvieron la propiedad hasta el año 1923, en que se vendió
a Luis Pascual, con importantes transformaciones en su interior.
En el año 1930 el Banco de Crédito de Zaragoza ocupó la
parte del enorme local del número 32 del Paseo Independencia. En diciembre del
año 1941 volvió a cambiar de dueños y se reformó completamente.
Cervecería, chocolatería,
salón cafetería, una lujosa y moderna sala de fiestas y restaurante llamado La
Parrilla se fueron creando en su interior según iban pasando los años, constituyeron
todo un hito en su tiempo.
Su ocaso se produjo como consecuencia de su mala gestión
económica al arrastrar cuantiosos gastos para su mantenimiento y por el auge de
los bancos que necesitaban locales céntricos, espaciosos e importantes.
El Gran
Café Ambos Mundos de Zaragoza cierra sus puertas el 2 de septiembre de 1955 con
casi 74 años de vida importante en su Zaragoza de entre siglos.