31.3.24

Monasterio de Santa Engracia y su Claustro Mayor


Es complicado valorar la importancia que para la ciudad de Zaragoza tuvo el Monasterio de Santa Engracia, y el tremendo daño que supuso para la ciudad su destrucción, primero por los ataques de los franceses en los Sitios, y después por no ser capaces entre todos de intentar conservar mucho más que la portada de la iglesia. 

Es cierto que las explosiones destrozaron parte del Monasterio, pero era tal su belleza que se debería haber ayudado desde fuera de Zaragoza a su reconstrucción.

En estas imágenes podemos ver el exterior del Monasterio de Santa Engracia y el interior del Claustro Mayor llamado de Tudelilla. Estos dibujos muestran su tamaño y su belleza.

Se sabe que en el siglo VII ya existía, e incluso se cree que en el mismo lugar ya se fundó un pequeño monasterio por las indicaciones de San Paulino en el año 392, cuando vino en peregrinación a Zaragoza. 

Durante los siglos de dominación árabe en Zaragoza, recogía a los cristianos que quedaban en Zaragoza dándoles asilo si lo necesitaban, junto a la iglesia de Santa María la Mayor y del Pilar que era el otro centro cristiano que se consintió. 

Hay que tener en cuenta que este Monasterio y Parroquia de San Engracia y Santas Masas, perteneció a la diócesis de Huesca durante cuatro siglos aunque estuviera en Zaragoza ciudad. 

Todo era esplendor en este gran edificio hasta que la noche del 13 all 14 de agosto de 1808, los franceses al levantar el Primer Sitio de Zaragoza lo explosionaron como respuesta a no haber podido doblegar a los zaragozanos.




Atanasio, primer obispo de Zaragoza


Dicen las historias viejas no confirmadas que Atanasio fue el primer Obispo que tuvo la hoy llamada Zaragoza en donde estivo 20 años, desde el 39 a 59 en que fue martirizado cera de su ciudad por tropas de Nerón que habían venido en su búsqueda. 

Su cuerpo está enterrado en Santiago de Compostela junto a su maestro Santiago el Mayor y se cree que era de origen gallego.

Atanasio Obispo de Zaragoza no fue el que se le conoce como San Atanasio de Alejandría que nació dos siglos después. El Atanasio de Zaragoza y discípulo de Santiago es que el según dice la tradición trajo desde palestina el cuerpo de Santiago hasta Galicia en compañía de Teodoro, y ambos figuran en la fachada Este de la catedral de Santiago, en la llamada Puerta Santa y los tres vestidos de peregrinos.

30.3.24

Historias viejas dela Torre Nueva de Zaragoza


El 22 de agosto del año 1504, los jurados municipales de Zaragoza (los concejales y su alcalde) decidieron construir una torre de reloj (civil y no adscrita a ninguna iglesia) que sirviera para anunciar la hora a todos los habitantes de Zaragoza, y tras pasarle el proyecto al Rey Fernando el Católico, se decidió pagarla con el producto que se sacara de las sisas públicas. 

Las sisas eran un impuesto municipal sobre la venta, elaboración e intercambio de comestibles al por menor, en especial sobre el vino, la carne, sal y el pan. Este impuesto era una regalía real y por tanto debía ser concedido por el Rey con motivo de una necesidad concreta.

En realidad estas fechas que comento arriba, figuran en algunos documentos y están en la actualidad muy en entredicho, por el tipo de construcción de aquella famosa Torre Nueva. Pero sigamos y luego intentaremos aclarar algo este asunto.

Se le encargó aquella obra al arquitecto Gabriel Gombao quien contrató de ayudantes a Juan de Sariñena que ya era cristiano, a Inci de Galí que era hebreo y a Ezmel Balladaz, Ismael Allabar y al Maestre Monferriz que eran moros según consta. 

Precisamente esa unión de estilos religiosos y artístico se buscó para que la obra tuviera lo mejor de cada uno de ellos. Una torre mudejar muy bella con un gran reloj en blanco para que se viera desde mucha distancia de la ciudad.

Pero lo curioso es que (según dicen) en su construcción final se olvidaron de poner el reloj para lo que se había destinado su construcción. Era ya una señal clara de que aquella torre nacía con el paso cambiado. Al final se le añadió de forma postiza el reloj, tabicando una de las ventanas. ¿Puede ser el olvido cierto o realmente sucedió otra cosa?

Es mucho más posible que aquella primitiva Torre Nueva se construyera por los árabes antes de la conquista de Sarakusta o Saragosta por Alfonso I el Batallador. Y que el reloj fuera un añadido de varios siglos posteriores, y la fecha de 1504 se pudiera referir a alguna gran reforma. De momento no lo sabemos.


El motivo de la construcción de esta torre, si se hizo a finales del siglo XI o a principios del siglo XII, no está clara. Pero lo cierto es que a diferencia de otros inmuebles de la zona, aquella Torre Nueva tenía una especie de sótano de unos 2,5 metros de profundidad, algo ilógico comparado con edificios de la zona pues no tenía sentido práctico, excepto que si la torre se construyó en esos siglos y no en el XV, el nivel del suelo de la zona fuera más bajo. 

Incluso hay que pensar que aquella zona en donde vivían muchos zaragozanos árabes, se quedó casi vacía con la conquista de la ciudad por los cristianos en el año 1118, lo que debió suponer un abandono de la zona, y cuando con posterioridad se volvió a urbanizar a finales del siglo XII, nació la que llamaron calle Torrenueva, no sabemos si en honor a la Torre o al revés.

Sigamos con algunos datos. El remate final de la Torre Nueva se añadió en el año 1749 con un triple chapitel de pizarras que se eliminó en el año 1878 como primera decisión de miedo ante la posible caída de la torre por la inclinación.

La obra de construcción de 1504 duró 15 meses (algo que parece imposible en aquellos años, sobre todo si lo comparamos con torres similares de otras ciudades de España en aquellos años), pero las planificaciones de edificios posteriores en la zona, lograron la primera imbecilidad de diseño urbano, y se quedó la torre reloj de la Torre Nueva es una esquina de la plaza, casi pegada a los nuevos edificios, junto al Torreón de Fortea, pero con una extensa plaza vacía junto a ella, cuando lo lógico hubiera sido edificar la Torre Nueva en medio de una plaza si realmente se edificó a la vez que edificios de ese siglo XV y XVI.

Era una torre con una base de planta estrellada de 16 puntas, se asentaba luego un cuerpo octogonal sobre esa base, toda ella hecha de ladrillo, y con 45 pies de diámetro y con un muro muy grueso y en su interior se construyó una escalera para que se pudiera subir sus 312 pies de altura.

Por los (posibles) movimientos de tierra de la zona (o por errores en los cálculos de la construcción), los primeros 10 pies de altura quedaron perfectamente verticales, y desde esa altura hasta los 210 pies siguientes la torre se inclinó hasta alcanzar un 3% de inclinación total, que en realidad eran 4,5 pies en su zona inclinada. Dicen también que el arquitecto la hizo así tras observar el movimiento de la zona, pues la vertical desde su centro de gravedad caía dentro del círculo de la base. Lo cierto es que la inclinación hacia el Sur se detectó enseguida pero nunca aumentó.

Dicen que aquella obra con campanas incluidas había salido por un coste total de 4.668 libras jaquesas más 10 sueldos 
(una libra jaquesa equivalía a 20 sueldos o 320 dineros, y un sueldo era lo que cobraba un trabajador manual al día, un jornalero). Es como si estuviéramos calculando un coste de unos 4,2 millones de euros actuales.

En el año 1892 el propio Ayuntamiento de Zaragoza decidió demolerla por la inclinación y el poco cuidado que se le dedicaba. 

Un año después, ya en el verano de 1893, Zaragoza se quedó sin uno más de sus emblemas o iconos, una Torre Vigía desde la que se observaban los movimientos de las tropas francesas durante los dos Sitios de Zaragoza y la dirección de sus bombardeos, y aunque encontró grandes defensores para mantenerla, no fue posible convencer al Ayuntamiento de entonces.




Este dibujo es una sección de la Torre Nueva realizado por el arquitecto municipal del Ayuntamiento de Zaragoza José de Yarza en 1858, para intentar salvar la torre de su derribo.

El zaragozano Khelph ben Khelph o Jelf ben Jelf


El zaragozano Jelf ben Jelf, transcrito también como Khelph ben Khelph (Alansarita) fue uno de esos zaragozanos (que por millones hemos ido poblando esta ciudad, nacidos en Zaragoza) del que ya casi nadie se acuerda de él, como es lógico por su cultura, religión y por los muchos años pasados desde su muerte.

Khelph ben Khelph nació en Zaragoza en el año cristiano de 1042 (434 de la Hégira) y aquí, en Zaragoza, tuvo como maestro de la lengua árabe y de humanismo a Abu Abdalla ben Maimum Alhoasim, y como maestro religioso a Abu Abdalla ben Alkana Algiani, ambos célebres profesores en esa época zaragozana.

En el año 1120 y ya dolorido por la conquista de su ciudad por los cristianos y de alguna manera mal tratado en la misma aun siendo un ciudadano importante, decidió irse a Valencia a seguir trabajando como consejero de magistratura, como escritor, poeta o jurista, tras sus muchos años de Zaragoza como Consejero del Tribunal Supremo de Justicia.

Dicen que murió ya muy mayor (entre los años 1126 y 1134), que parece ser ya había vuelto a su ciudad Saraqusta o Sarakusta o Saragosta, y que aquí fue enterrado cerca de la Puerta de Toledo junto a la zona del Mercado Central de la actual Zaragoza, camino de su apreciada Aljafería. En sus muchos años de trabajo en Justicia era el más apreciado para sentenciar en juicios complejos. Escribió varios libros.

¿Cómo se diseñó el trazado de la ciudad de Zaragoza?


Dicen los viejos que ya no están entre nosotros, que esta que relato a continuación era la manera de trazar el dibujo o diseño de una gran ciudad nueva sobre el espacio geográfico en el que se deseaba levantar de forma fija un asentamiento urbano en la época de los romanos. 

En realidad y por lo que sabemos no se eligió sin haber estudiado bien su emplazamiento, a orilla del río Ebro, cerca de la desembocadura del río Huerva pero algo alejado de esa zona por las riadas de este río irregular, y en la orilla derecha del Ebro, sobre una zona algo más elevada que el cauce, para evitar riadas que sí inundaban su margen izquierda.

Además esta zona ya había sido elegida antes por los íberos para montar su pequeña ciudad Salduba, en lo que hoy conocemos como la zona del Boterón, la trasera de la Seo hasta la Magdalena.

En la imagen de la trasera de la iglesia de San Nicolas, que vemos arriba, sola la parte de la muralla más baja es romana.

 Veamos a continuación qué nos dicen sobre la manera de diseñar una gran ciudad.

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Así que los primeros rayos del Sol iluminaron la estancia al aire libre ocupada por los militares romanos, se oyó el sonido de los clarines al que siguió un profundo silencio.

A un lado los soldados formaban un espacioso cuadro, al otro se veía una preciosa tienda de campaña en cuyo remate campeaba el águila imperial de la que salió el gran César, rebosando majestad y fascinando la vista con los destellos que enviaba su real armadura y muy próxima a la tienda el área del sacrificio.

En ese momento, dos ovejas cayeron heridas bajo el filo del hacha de los victimarios y sacrificadores, y un momento después les eran extraídas las entrañas que colocaban en argentadas fuentes y fueron entregadas a los arúspices los que las depositaron en la pira.

Un sacerdote presentó al emperador un pequeño cofre de sándalo con incrustaciones de plata del que sacando aromáticos polvos los hechos sobre las víctimas brotando un fuego lento que las consumió.

Dos criados con túnicas de brocado llevaron del diestro a dos bueyes ricamente enjaezados los que, uncidos a un precioso arado de ébano con el dental de plata, y a la señal del César Augusto comenzaron a marchar lentamente con el arado para marcar en la tierra un trazado, al propio tiempo que según refieren resonó en los aires un grito unánime de ¡¡Viva el Emperador!!

El surco siguió la corriente del río, primero hacia el oriente, volviendo a la derecha cuando los bueyes decidieron, subió por una colina en cuyo pico se colocó un estandarte y giró después al poniente, siguió avanzando y tornaron cuando quisieron hacia al norte hasta encontrarse otra vez con el río y buscando luego al punto de partida.

El trayecto marcado en la tierra figuraba una sandalia y en él se dejó marcados cuatro puntos, señal donde habían de colocarse las cuatro puertas de la ciudad. Además de las cuatro puertas se abrían tres postigos, uno llamado el Nuevo junto a San Felipe, otro inmediato cerca del que siglos después fue la judería y el tercero junto al que sería el cementerio del Pilar.

Poco tiempo después viese la ciudad cesaraugustana cercada por una inmensa mole de piedra artísticamente labrada, una muralla y un monumento militar con que los romanos solían conmemorar sus victorias.

El muro partiendo desde el castillo de don Teobaldo comprendía el templo de nuestra señora del Pilar por la parte en que se halla la Santa Capilla y la de San Agustín, seguía por el famoso Torreón de la Zuda, la zona del mercado, calle Cerdán, el foso luego llamado Coso, hasta otra vez volver al dicho castillo de don Teobaldo, y no paró en esto la gran obra de Augusto sino que una vez fue elevada e edificada a colonia inmune, la pobló con parte de los veteranos de las Legiones cuarta, sexta y décima.

Aquellas primeras cuatro puertas que mandó levantar el emperador Augusto en la muralla de Zaragoza son las conocidas como “La puerta del Ángel” al Norte, la de “Cineja o Cinegio” al Sur, la de “Puerta de Toledo” a Poniendo u Oeste, y la de “Puerta de Valencia” al Levante o Este.

San Nicolás de Bari y el Monasterio del Santo Sepulcro en Zaragoza


El Monasterio de la Resurrección del Santo Sepulcro, conocido también como monasterio del Santo Sepulcro y que se encuentra en la plaza de San Nicolás de Zaragoza nació como un llamado "Castillo" auspiciado por la Marquesa de Gil de Rada que era hija del Rey Teobaldo I de Navarra, para hacer en esa zona junto a las murallas romanas un convento o monasterio femenino en e año 1304. 

La Marquesa Gil de Rada era viuda de Pedro Fernández de Híjar, un hijo no reconocido o bastardo del Rey Jaime I de Aragón. Y como toda la familia venía de las casas reales de Aragón y Navarra, aquel monasterio tuvo una gran importancia en sus primeras décadas, incluso siendo dirigido en sus comienzos por una abadesa que era hermana de su fundadora. Todo quedaba en familia.

Desde el principio fue impulsado por el que entonces era canónigo de la Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud, y por eso se adscribió en Zaragoza al Santo Sepulcro. En realidad ya debía existir a su lado la pequeña iglesia de San Nicolás de Bari que se había construido unas décadas antes, y el Monasterio se añadió a la zona, desde el interior de las Murallas Romanas y por eso se le llamaba Castillo de D. Teobaldo.

En su interior (que se puede visitar) hay un claustro no muy grande (lo podemos ver abajo de este texto) pero sumamente interesante sobre el que se mueve toda la vida de las monjas canonesas de clausura hasta no hace mucho tiempo. Son las únicas de la Orden Canonesas que hay en España. 

La imagen superior nos muestra la plaza de San Nicolás en el año 1877 y la de la izquierda es una estampa del vestido hábito de las monjas de clausura del San Sepulcro sobre el año 1800.





El Cristo de la Cama, emblema de la Hermandad de la Sangre de Cristo

El llamado Cristo de la Cama es un emblema de la Zaragoza religiosa, patrón de la Hermandad de la Sangre de Cristo y una de las figuras más importantes de la imaginería religiosa de Zaragoza. 

Datada de principios del siglo XVII (según otros historiadores se dataría de finales del siglo XV) es una imagen articulada que se utilizó para escenificar ceremonias de Desprendimiento de la Cruz en algunas procesiones del siglo XIX. 

Es pues una imagen dotada de piezas movibles, como sucede en algunos otros pasos de la Semana Santa zaragozana. Se desconoce el autor de la obra.

Ubicado durante los Sitios de Zaragoza en el Convento de San Francisco, en la actual Plaza España, se retiró ante los ataques constantes al convento hacia la Basílica de El Pilar donde logró salvarse de la destrucción del convento por la guerra de Los Sitios.

Por cierto, posiblemente en su traslado de lugar, para salvarla de la destrucción en el Segundo Sitio de Zaragoza debió ser atacada, pues antes de una restauración se observaban huellas de bayoneta y disparos de bala en su figura.

Actualmente se encuentra en la iglesia de San Cayetano, donde tiene su sede la Hermandad de la Sangre de Cristo y es una de las figuras más importantes por su antigüedad en la procesión del Santo Entierro de Zaragoza.

El Puente de Tablas de Zaragoza, antes de 1890


Vemos en esta imagen anterior a 1890 la orilla del Ebro desde la zona en donde ahora está el Puente de Hierro de Zaragoza, viendo el Puente de Tablas posiblemente destrozado por una riada. 

Se ve perfectamente al fondo, en la orilla derecha, la zona de argamasa en donde se sujetaba el puente y que todavía existe.

Es una imagen muy interesante aunque no tenga excesiva calidad, pues se pueden ver todos los edificios que había entre la zona de la zona del Seminario hoy Museo Diocesano de Zaragoza y la entrada de San Vicente Paúl que entonces no existía como tal.

21.3.24

Historia del regaliz y de la empresa Zara en Zaragoza



Tras la entrada sobre la perrera municipal continúo con una sobre la fábrica de regaliz Zara, que se encontraba en la misma zona, junto al río Huerva, en la calle Asalto de Zaragoza. En la sección de un plano del año 1899 que os adjunto, se ven perfectamente los edificios de la fábrica.

El regaliz era un producto de gran fabricación en Zaragoza para toda España y basta recordar que a la vez de la fábrica Zara que ahora comentamos, tengo constancia de que existió una fábrica de regaliz en la zona de Montemolín cerca del aparcamiento del Pabellón Príncipe Felipe junto a Miguel Servet. 

No he encontrado datos de esta fábrica de regaliz para que me confirme si es el traslado de la fábrica de la calle Asalto o una fábrica nueva. Personalmente me acerco más a la primera opción, pero sin confirmar.



Dice la historia desde la hemeroteca del Heraldo de Aragón, que en 1929 solo existía una fábrica de regaliz en España, la de Zaragoza, y era la más grande del mundo. 

Se ubicaba en la calle de Asalto, junto al paseo de la Mina, y sus orígenes se remontaban a mucho tiempo atrás. Al parecer "desde tiempo inmemorial" —se dice en el reportaje— existía en Zaragoza una fábrica pequeña, propiedad de un tal señor Flor, que acabó ampliándose en el año 1872 con dos socios franceses y creando la razón social “Flor, Carenou y Tur”. 

La fábrica Tur producía 800 toneladas anuales de regaliz, unos 3.000 kilos al día laborable, y exportaba a Francia, Alemania, Dinamarca, Holanda además de a casi todos los países de América del norte. Las tierras calizas de los alrededores de Zaragoza eran idóneas para el cultivo de esta planta.

La raíz de la planta del regaliz, al ampliarse la fábrica, se tenía que comprar fuera de Zaragoza, que por cierto era una zona muy rica en esta leguminosa, sobre todo desde Montemolín, Miraflores hacia La Cartuja o El Burgo. 

Más lejos se compraba regaliz en las zonas de Alfajarín, Osera, Villafranca, Pina, Fuentes de Ebro, Quinto, Remolino o incluso Tudela y Corella. Las raíces se recogían cuando la mata era verde entre los meses de invierno, para dejarlo secar en el verano. Se trituraba, se maceraba y se obtenía una pasta que en gran medida era exportada hasta las fábricas de tabaco rubio americanas. Sí, desde Zaragoza.

Con parte de aquel producto se empezaron a crear las pastillas de regaliz que se comercializaban con el nombre de “Zara” y se las llamaba “Perlas de Aragón” en recuerdo como no a Zaragoza y de las que os dejo una imagen de las cajas. 

De críos todos hemos probado el regaliz de palo, más o menos grueso, que recogíamos de ribazos tirando de la mata hasta que se rompía si había días de lluvia o picando como dos palmos en busca de las raíces más gruesas.

Desde 1964 esta fábrica de regaliz que sigue fabricando Regaliz Zara está en la localidad de Cabañas de Ebro con el nombre de Fire S.L. 

El producto vegetal se compra hoy en Aragón, Navarra o Toledo pero también se importa hasta de la lejana Afganistán, ya que la planta del regaliz procede de la Europa Mediterránea y Asia Menor, cultivándose en lugares húmedos en unas tierras con mucha cal. Y efectivamente, NO tiene nada que ver la marca del regaliz con la más famosa marca Zara de ropa y multimillonarios beneficios.

Sección de una mapa de Aragón, del año 1619


Esta sección de un mapa de Aragón es publicado en el año 1619 (pero muy posiblemente dibujados unas décadas antes) y de los pocos que no han creado el mapa ni por puntos cardenales ni por los modelos que después de este mapa han ido siguiendo los diferentes geógrafos.

Es curioso sobre todo por el aspecto que ofrece el cruce de los ríos Ebro con el Gállego y el Huerva, produciendo en la ciudad de Zaragoza como una gran X. 

Este mapa es del portugués Ioan Baptista Lavaña que falleció en el año 1624. Para realizarlo el autor se recorrió durante seis meses nuestros territorios, para hacer mediciones y que así fuera exacto dentro de sus posibilidades, está por ello considerado el primer mapa hecho en España por procedimientos científicos de entonces y es de Aragón.

Hasta el año 1777 fue modelo de trabajo cartográfico, hasta que legó otra edición de Mapa de Aragón, en este caso de Lezaún.

20.3.24

Zaragoza y Grandes Almacenes El Águila


Las personas zaragozanas de más edad recordarán todavía la existencia de unos Grandes Almacenes de ropa, textiles y géneros de punto en la calle Alfonso 3 y 5, al inicio desde el Coso, nada más entrar y antes de donde estuvo luego Almacenes GAY. 

Era un edificio muy reconocido por tener instalada en su zona más alta una gran águila como reclamo publicitario, que también habían puesto en otras ciudades.

Eran los Grandes Almacenes El Águila que estuvieron 40 años en nuestra ciudad desde 1918. Que curiosamente la de Zaragoza era una sucursal de unas grandes tiendas que se repartían por toda España. Desde la calle Preciados de Madrid, a Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao, Valladolid o Málaga, como vemos en su anuncio.

Fueron (casi) los primeros Grandes Almacenes modernos que se instalaron en España. Incluidas enormes fábricas textiles en donde fabricaban ellos mismos sus prendas textiles. 





19.3.24

La Zaragoza del chocolate Aínsa a 0,40 pesetas


De hace más de un siglo es esta imagen de la Zaragoza ya no reconocida. realizada desde la entrada actual a la calle Don Jaime desde el Coso. Vemos una tienda de Ultramarinos en el primer plano, que nos ofrece un chocolate Aínsa con bizcochos y azucarillo a 0,40 pesetas. 

Y a su vez hace publicidad de las cervezas Damm, Pilsen y de Munich, y de varios licores nacionales o internacionales.

Zaragoza 350 años después


Esta es una imagen de un dibujo de la Zaragoza casi actual, realizado en el mismo lugar en donde el pintor Diego de Velazquez hizo la Vista de Zaragoza en el año 1647. 

Era el dibujo original para una campaña de Turismo Zaragoza con el lema: "Los Sitios de Zaragoza, ¡hay que verlos!".