Es complicado valorar la importancia que para la ciudad de Zaragoza tuvo el Monasterio de Santa Engracia, y el tremendo daño que supuso para la ciudad su destrucción, primero por los ataques de los franceses en los Sitios, y después por no ser capaces entre todos de intentar conservar mucho más que la portada de la iglesia.
Es cierto que las explosiones destrozaron parte del Monasterio, pero era tal su belleza que se debería haber ayudado desde fuera de Zaragoza a su reconstrucción.
En estas imágenes podemos ver el exterior del Monasterio de Santa Engracia y el interior del Claustro Mayor llamado de Tudelilla. Estos dibujos muestran su tamaño y su belleza.
Se sabe que en el siglo VII ya existía, e incluso se cree que en el mismo lugar ya se fundó un pequeño monasterio por las indicaciones de San Paulino en el año 392, cuando vino en peregrinación a Zaragoza.
Durante los siglos de dominación árabe en Zaragoza, recogía a los cristianos que quedaban en Zaragoza dándoles asilo si lo necesitaban, junto a la iglesia de Santa María la Mayor y del Pilar que era el otro centro cristiano que se consintió.
Hay que tener en cuenta que este Monasterio y Parroquia de San Engracia y Santas Masas, perteneció a la diócesis de Huesca durante cuatro siglos aunque estuviera en Zaragoza ciudad.
Todo era esplendor en este gran edificio hasta que la noche del 13 all 14 de agosto de 1808, los franceses al levantar el Primer Sitio de Zaragoza lo explosionaron como respuesta a no haber podido doblegar a los zaragozanos.