30.3.24

Historias viejas dela Torre Nueva de Zaragoza


El 22 de agosto del año 1504, los jurados municipales de Zaragoza (los concejales y su alcalde) decidieron construir una torre de reloj (civil y no adscrita a ninguna iglesia) que sirviera para anunciar la hora a todos los habitantes de Zaragoza, y tras pasarle el proyecto al Rey Fernando el Católico, se decidió pagarla con el producto que se sacara de las sisas públicas. 

Las sisas eran un impuesto municipal sobre la venta, elaboración e intercambio de comestibles al por menor, en especial sobre el vino, la carne, sal y el pan. Este impuesto era una regalía real y por tanto debía ser concedido por el Rey con motivo de una necesidad concreta.

En realidad estas fechas que comento arriba, figuran en algunos documentos y están en la actualidad muy en entredicho, por el tipo de construcción de aquella famosa Torre Nueva. Pero sigamos y luego intentaremos aclarar algo este asunto.

Se le encargó aquella obra al arquitecto Gabriel Gombao quien contrató de ayudantes a Juan de Sariñena que ya era cristiano, a Inci de Galí que era hebreo y a Ezmel Balladaz, Ismael Allabar y al Maestre Monferriz que eran moros según consta. 

Precisamente esa unión de estilos religiosos y artístico se buscó para que la obra tuviera lo mejor de cada uno de ellos. Una torre mudejar muy bella con un gran reloj en blanco para que se viera desde mucha distancia de la ciudad.

Pero lo curioso es que (según dicen) en su construcción final se olvidaron de poner el reloj para lo que se había destinado su construcción. Era ya una señal clara de que aquella torre nacía con el paso cambiado. Al final se le añadió de forma postiza el reloj, tabicando una de las ventanas. ¿Puede ser el olvido cierto o realmente sucedió otra cosa?

Es mucho más posible que aquella primitiva Torre Nueva se construyera por los árabes antes de la conquista de Sarakusta o Saragosta por Alfonso I el Batallador. Y que el reloj fuera un añadido de varios siglos posteriores, y la fecha de 1504 se pudiera referir a alguna gran reforma. De momento no lo sabemos.


El motivo de la construcción de esta torre, si se hizo a finales del siglo XI o a principios del siglo XII, no está clara. Pero lo cierto es que a diferencia de otros inmuebles de la zona, aquella Torre Nueva tenía una especie de sótano de unos 2,5 metros de profundidad, algo ilógico comparado con edificios de la zona pues no tenía sentido práctico, excepto que si la torre se construyó en esos siglos y no en el XV, el nivel del suelo de la zona fuera más bajo. 

Incluso hay que pensar que aquella zona en donde vivían muchos zaragozanos árabes, se quedó casi vacía con la conquista de la ciudad por los cristianos en el año 1118, lo que debió suponer un abandono de la zona, y cuando con posterioridad se volvió a urbanizar a finales del siglo XII, nació la que llamaron calle Torrenueva, no sabemos si en honor a la Torre o al revés.

Sigamos con algunos datos. El remate final de la Torre Nueva se añadió en el año 1749 con un triple chapitel de pizarras que se eliminó en el año 1878 como primera decisión de miedo ante la posible caída de la torre por la inclinación.

La obra de construcción de 1504 duró 15 meses (algo que parece imposible en aquellos años, sobre todo si lo comparamos con torres similares de otras ciudades de España en aquellos años), pero las planificaciones de edificios posteriores en la zona, lograron la primera imbecilidad de diseño urbano, y se quedó la torre reloj de la Torre Nueva es una esquina de la plaza, casi pegada a los nuevos edificios, junto al Torreón de Fortea, pero con una extensa plaza vacía junto a ella, cuando lo lógico hubiera sido edificar la Torre Nueva en medio de una plaza si realmente se edificó a la vez que edificios de ese siglo XV y XVI.

Era una torre con una base de planta estrellada de 16 puntas, se asentaba luego un cuerpo octogonal sobre esa base, toda ella hecha de ladrillo, y con 45 pies de diámetro y con un muro muy grueso y en su interior se construyó una escalera para que se pudiera subir sus 312 pies de altura.

Por los (posibles) movimientos de tierra de la zona (o por errores en los cálculos de la construcción), los primeros 10 pies de altura quedaron perfectamente verticales, y desde esa altura hasta los 210 pies siguientes la torre se inclinó hasta alcanzar un 3% de inclinación total, que en realidad eran 4,5 pies en su zona inclinada. Dicen también que el arquitecto la hizo así tras observar el movimiento de la zona, pues la vertical desde su centro de gravedad caía dentro del círculo de la base. Lo cierto es que la inclinación hacia el Sur se detectó enseguida pero nunca aumentó.

Dicen que aquella obra con campanas incluidas había salido por un coste total de 4.668 libras jaquesas más 10 sueldos 
(una libra jaquesa equivalía a 20 sueldos o 320 dineros, y un sueldo era lo que cobraba un trabajador manual al día, un jornalero). Es como si estuviéramos calculando un coste de unos 4,2 millones de euros actuales.

En el año 1892 el propio Ayuntamiento de Zaragoza decidió demolerla por la inclinación y el poco cuidado que se le dedicaba. 

Un año después, ya en el verano de 1893, Zaragoza se quedó sin uno más de sus emblemas o iconos, una Torre Vigía desde la que se observaban los movimientos de las tropas francesas durante los dos Sitios de Zaragoza y la dirección de sus bombardeos, y aunque encontró grandes defensores para mantenerla, no fue posible convencer al Ayuntamiento de entonces.




Este dibujo es una sección de la Torre Nueva realizado por el arquitecto municipal del Ayuntamiento de Zaragoza José de Yarza en 1858, para intentar salvar la torre de su derribo.