31.8.23

La “Dama” de Zaragoza, monumento olvidado al "Origen del Ebro"


Hay ciudades que conciben su principal zona verde como un museo de esculturas al aire libre siguiendo un discurso casi museístico. No es el caso del Parque Grande José Antonio Labordeta de Zaragoza

Lamentablemente, el Parque ha sido, más bien, almacén de monumentos y acomodo de diversos bustos y estatuas que no tenían cabida en otro lugar, como la fuente de Neptuno, originalmente situada en la Plaza de San Francisco (llamada de España desde 1940); o la conmemorativa de la Exposición Hispano-Francesa y su promotor, D. Basilio Paraíso, extraordinario conjunto que hoy yace arrinconado en el Parque siendo su ubicación original la Plaza de Paraíso; o el Quiosco de la Música, incapaz hoy de ofrecer el deleite de su fin originario por la contaminación acústica de Paseo Renovales, ideado para la Plaza de Castelar (de los Sitios desde la década de los ochenta del siglo XX).

Y, sin embargo, nuestro Parque Grande José Antonio Labordeta sigue siendo un espacio entrañable y que merece la pena recorrer con detenimiento. 

La idea de que la ciudad contara con un parque “grande” surgió en 1902 (en ese momento el único parque de la Ciudad era el Parque Pignatelli) y, tras varios avatares, en diciembre de 1923 se comenzaron las obras siguiendo el proyecto de Miguel Ángel Navarro

En él, para conmemorar el centenario del fallecimiento de Francisco de Goya, en 1928, se levantó el Rincón de Goya, siguiendo la propuesta del paisajista Xavier de Winthuysen de 1924.

El edificio es obra de Fernando García Mercadal, arquitecto que introdujo las entonces revolucionarias ideas racionalistas al Sur de los Pirineos. El proyecto (1926) es un hito de la arquitectura racionalista, siendo el primer edificio proyectado siguiendo las propuestas Le Corbussier, expuestas un año antes en París. El edificio fue, ciertamente, revolucionario, tanto formalmente (una propuesta racionalista cuando triunfaba el historicismo o el modernismo en Aragón), como conceptualmente (siendo precursor de las “casas de cultura” francesas). 

Frente a una escultura, el recuerdo a Goya sería un museo, una biblioteca y una sala de exposiciones consagradas al escultor. Jamás lo fue. Tampoco sería el último “espacio Goya” fracasado en Zaragoza. El último fue un caro proyecto abortado.

El Rincón de Goya no ha sido ni entendido ni valorado nunca por la Ciudad. 

La prensa del momento llegó a afirmar que “lo ideal es que el edificio desaparezca o se deje de ver entre la hojarasca del bosque”. Aún hoy, lejos de la concepción primigenia, alberga un colegio y no sería catalogado como Bien de Interés Cultural hasta el 23 de enero de 2003.

El conjunto lo completaba un jardín, hoy desaparecido, y un conjunto escultórico, que se mantiene, dedicado a Luis López Allué, escritor costumbrista oscense fallecido en 1928, realizado por Ramón Acín en 1930, conjunto pensado para el reposo y la lectura, perfectamente integrado en el conjunto arquitectónico.

García Mercadal, el arquitecto que proyectó el ensanche de Bilbao, Burgos, Logroño y el de “los Remedios” de Sevilla; organizador de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna; cofundador del Comité International pour la Réalisation des Problèmes Architecturaux Contemporains, admirado y valorado en Europa… apenas volvería a trabajar en su ciudad, que no lo comprendió. 

No obstante, desde el año de su fallecimiento, 1985, el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón otorga un premio anual de arquitectura que lleva su nombre.


En ese ámbito encontramos el “Monumento al Origen”, concebido para la orilla del Río Ebro, del que parecería emerger (carece de pedestal), destinado a rememorar el pasado ibérico de la Ciudad y erigido en el Rincón de Goya, fuera del entorno para el que fue concebido y en un lugar que nada tiene que ver con lo que representa, ni con la figura de Goya, ni con la concepción del conjunto arquitectónico que lo recuerda.

La obra, desapercibida para buena parte de la ciudadanía, fue realizada en 1984 por distintos escultores de la Asociación Pablo Gargallo (Isabel Queralt, Gregorio Millas, Alberto Pagnussat, Pilar Pérez Subías, Fernanda Sanz Revilla,…), asociación que tuvo su sede en el Centro Cívico Salvador Allende, en el antiguo matadero de Zaragoza y que realizó diferentes obras urbanas a lo largo de los años ochenta. Una propuesta más de la ebullición cultural que en tantos aspectos vivió la Ciudad en los años ochenta del siglo pasado. ¿Dónde se esconde ahora?

Se trata de una escultura realizada en piedra de la Puebla de Albortón que representa una cabeza de mujer de formas ciclópeas que recuerda los modelos de las esculturas ibéricas, en especial la llamada “Dama de Elche”, de allí que también sea conocida como la “Dama Ibérica” o la “Dama de Zaragoza”. 

Porta las características ruedas que cubren las orejas, de origen jónico, que portaban las mujeres íberas, como atestigua Artemidoro de Éfeso y repite las facciones propias de las esculturas ibéricas, influidas por las primeras esculturas griegas.

Una escultura contemporánea de formas arcaizantes, que representa nuestro origen, y que yace desvalida y olvidada en un rincón de un parque. Toda una metáfora de lo que para la sociedad aragonesa es, a veces, su origen.

Jorge Marqueta Escuer.

Santa Isabel de Zaragoza también tiene murales de Arte Urbano


Un mural de Arte Urbano en el barrio de Santa Isabel de Zaragoza, mostrando a una mujer trabajando en la naturaleza, en el campo. 

Una bonita manera de dar luz a una zona en crecimiento de la Zaragoza que se expande por su margen izquierda.

Nota.: Fotografía de Laura Puente


30.8.23

Colores de infierno sobre la Zaragoza nocturna


A veces Zaragoza con su silueta cercana al río, remarcada o enmarcada por sus torres, asombra al visitante, al turista. Más que a nosotros, zaragozanos de siempre. Cosas que suceden. No siempre sabemos mirarnos en el espejo de lo nuestro, de lo que somos.

La fotografía es del colaborador Luis Iribarren, en una tarde del agosto mas caluroso. Los colores le van muy bien a la temperatura, pues parece todo el infierno.



27.8.23

El Cipotegato de Tarazona. Más que una Fiesta


Pocas fiestas populares tienen un sentimiento de participación de todos los habitantes de la ciudad como las de San Atilano de Tarazona con la salida de la figura del Cipotegato disfrazado de Arlequín para hacer un recorrido que él mismo elige tras ser seleccionado por las autoridades de la fiesta, y cuya identidad permanece en secreto, así como el recorrido que hará hasta llegar de nuevo al Ayuntamiento.


El historiador Javier Bona lo relaciona con el antiguo "Pellexo de Gato" que, a lo largo de 200 años, habría ahuyentado a los niños para que no entorpecieran la celebración de la procesión del Corpus Christi. Algunos de esos niños se habrían enfrentado a él tradicionalmente, lanzando y tomates. Posteriormente el personaje abandona su función religiosa y pasa a la órbita civil, participando en el dance de Tarazona.

También es cierto que existen leyendas que hablan de más atrás en la historia de la salida para las Fiestas patronales de un preso de la cárcel de la localidad, que salía disfrazado para no ser reconocido y que los vecinos como castigo final le lanzaban hortalizas en su recorrido hasta el Ayuntamiento.

El origen documentado de esta celebración se remonta al siglo XVIII, encontrándose en el archivo de la Catedral de Tarazona una resolución del Cabildo Catedralicio que prohibía que en las vísperas del Corpus, saliese el "Pellexo de Gato" a perseguir a los niños.

Una fiesta declarada como de interés regional (1998) pero, también, de interés nacional (2009) y además de ser ya una tradición moderna, modificada a lo que ahora es un acto principal del inicio de las fiestas, es mucho más por lo que representa de identidad, de originalidad y que se debería estudiar más sus inicios, que podrían datarse del siglo XVI al menos.

22.8.23

El esplendor de Zaragoza Saraqusta


La Taifa de Saraqusta o el Reino musulmán de Zaragoza fue un reinado independiente que duró desde el año 1018 al 1110 (92 años) y que sobre todo en sus últimas décadas tuvo un auge político e intelectual muy importante.

Cuando fracasa el Califato de Córdoba y cae la Dinastía Omeya toda la zona de lo que se constituyó como Taifa de Zaragoza se independizó y sus distintas zonas aledañas, desde Albarracín a Soria, Calahorra o Tudela, Barbastro y Monzón o Fraga hasta Lérida se agruparon a las órdenes de un Rey de Taifa que se asentaba en Zaragoza.

En esos años tuvimos dos Dinastías con un total de nueve Reyes de Taifa, lo que nos indica la debilidad de gran parte de sus mandatos, excepto entre los años 1046 y 1081 (35 años) en los que reinó Abú Yaáfar Áhmad ibn Sulaymán al-Muqtádir bi-L·lah (Al-Muqtádir ).

Eran tiempos de constantes guerras entre los propios musulmanes o con los cristianos que desde el Norte y el Este intentaban recuperar tierras

La propia ciudad de Zaragoza o Saraqusta experimentó un importante crecimiento en población pasando de los 10.000 habitantes a los 20.000 al finalizar la Taifa. Fue un periodo interesantísimo en la historia de Zaragoza, que de alguna manera asentó su importancia en toda esta zona Noreste de la actual España.

Os recomiendo leer en Wikipedia numerosos datos de aquellos años, e ir configurando si os gusta la historia de nuestra ciudad y de nuestras zonas de influencia, pues son numerosos del datos desde los que se puede ir tirando para ir conociendo más.

Nota.: El mapa de la Zaragoza Saraqusta es de Wikipedia, con algunos pequeños retoques.

20.8.23

Plano de Zaragoza del año 1843


La mayoría de los planos que se conocen son elementos de guerra, hechos en periodos de preguerras para defender o para atacar, para conocer mejor los espacios urbanos y sus alrededores. 

Estos dos trozos de un plano de Zaragoza son del año 1843, de una Zaragoza casi recién salida de su destrucción tras los Sitios de Zaragoza de 1808 y 1809.

Un mapa o croquis de la ciudad de Zaragoza, pero sobre todo de sus cercanías, para los Sitios de septiembre y octubre de 1843, mandado realizar por el ejército del Teniente General D. Manuel de la Concha, Marqués de Duero en las Guerras Carlistas.

Reflejaban los caseríos ocupados por las tropas, los puestos de vigilancia y las lineas de bloqueos en el paso de personas, los fortines que se levantaron en esos meses de Sitio, y los puentes que se utilizaban para poderse comunicar las diferentes tropas y ser suministradas de intendencia. 



Mapa de la despoblación en Aragón de 2015 a 2021

Este mapa superior de Aragón es del año 2015 y nos muestra el temible peso de la despoblación en Aragón, mal repartido y en aumento. Estamos en el 2023 y nada ha mejorado. Lo podemos ver en el mapa de abajo, realizado en 2021 con los datos del año  2020.

En aquel año 2015 habíamos perdido sobre 8.000 habitantes, y más de la mitad de los 731 municipios que tiene Aragón cuentan con menos de 500 habitantes. Y, de ellos, 175 localidades tenían menos de 100 vecinos, lo que supone el 24% del total de municipios.

Pobre futuro para muchas de estas localidades, excepto en fines de semana y veranos.





Crear un gueto en una ciudad grande es fácil


Observemos en la imagen como este barrio cerca de París se ha enmarcado y encerrado negativamente con tres grandes vías que lo rodean. 


El barrio de Grigny o La Grande Borne cerca de París es un ejemplo del que tenemos que tomar buena cuenta en todas las ciudades que superamos los 700.000 habitantes, como ejemplo de que no siempre una buena idea urbana de libro, un excelente diseño, puede acabar en éxito, o en cambio se transforma en un rotundo fracaso por añadirle errores que cambian su filosofía o bien no olvidan los urbanistas en seguir cuidando su evolución. 

Se diseñó sobre un gran triángulo en el que se construyeron unos edificios de planta baja que servían como barrio nuevo a unas 3.500 familias que gozaban de viviendas creadas en la década de los 60, con jardines privados, zonas verdes comunes, diseños modernos y servicios. Parecería una buena idea.

Pero que poco a poco se fueron degradando en la medida en que la lejanía del centro de la gran urbe y su cerramiento por vías artificiales que les cortaban la salidas normales hacia la ciudad, lo iban convirtiendo en un gueto de un tipo determinado de familias. 

Una mala planificación de los transportes urbanos hicieron el resto, dejando cerrada la zona o escasamente comunicada con el resto de la gran urbe, donde París solo es una parte. 

En los finales de los año 2010 on un 40% de desempleo en esa zona y en un país con unos datos del 10% de paro, se ha ido convirtiendo en un barrio de conflictos raciales, de donde sale la violencia hacia la ciudad o exportándola incluso al resto del país. 

En Zaragoza esto puede suceder y no voy a señalar zonas, pues no hay una sola. Nunca hay que permitir en el urbanismo inteligente la creación de grandes islas cerradas, pues ejemplos tenemos en Madrid o Barcelona, por no nombrar a Sevilla o la Zaragoza de los años 80 y 90, cuando sin darse cuenta los poderes municipales, se creaban errores asentados, que no se resolvían cuando se podía. 

Si cierras con autopistas o grandes avenidas una zona habitada, estás separando de la ciudad ese espacio urbano. Si además no lo dotas de un buen servicio de comunicación público, al final se convierte en un gueto más o menos conflictivo. Generalmente es cuestión de pocos años que se convierta en una “isla” en medio de la ciudad. 

Las ciudades se mueven a golpe de crecimiento. También a golpe de crecimiento en edad de sus habitantes. Todos los ciclos vitales se van cumpliendo siempre, los de los edificios y los de las personas, los de los servicios públicos y los de los privados. 

Y hay que estar siempre diseñando soluciones, mirando al futuro, aprendiendo del pasado e intuyendo por donde hay que actuar en el urbanismo de las personas. 

Las ciudades no son solo urbanismo de ladrillos y cemento. Son entes vivos donde crecen personas, servicios, comercios y transforman las realidades urbanas al mismo ritmo en que se van transformando ellas en su velocidad vital. 

Hay que edificar el futuro al mismo ritmo o un poco más rápido de lo que lo modifican las personas en su lógico movimiento de vida. O vamos por delante o siempre iremos por detrás. Es imposible ir a la par.

Ajovín

19.8.23

Plano de Zaragoza del año 1835


Vemos arriba un plano de la Zaragoza del año 1835, no tan conocido como otros del mismo siglo. Está depositado en el Servicio Geográfico del Ejército y es de Joaquín Gironza titulado “Plano de la ciudad de Zaragoza con el Castillo de la Aljafería”.

Es de mala calidad pero no lo he encontrado mejor. Cachis.

El Castillo Palomar de Zaragoza en Delicias

El Castillo Palomar de Zaragoza, casi enfrente de la actual Estación Delicias en el centro del parque Delicias, era en realidad una gran casa de lujo de la familia Palomar que fue habitada en sus últimos años por una hija de la familia que fue Directora Nacional de los Colegios Normales de maestros, y que se llamaba Eustaquia Caballero. (Ver comentarios con más datos actualizados)

Rodeando el palacio había tierras de labor y sin usos agrícolas junto a diferentes caminos que bajaban hasta las zonas ya habitadas en aquellos años de un Barrio de Delicias que iba creciendo.

A finales del siglo XIX toda la finca tenía casi 1.000 hectáreas de tamaño rodeando al palacio castillo de uso familiar. 

Poco a poco toda esa extensión se fue vendiendo hasta que a finales de los años 60 se derribó el palacio o castillo y unas 5 hectáreas se convirtieron en parque público. 

El colegio público Ana Mayayo también está asentado sobre terrenos de la finca, así como gran parte del actual barrio de La Bombarda.




¿Qué tiene que ver Aragón en la historia de Año Nuevo?

Ahora en todo el Mundo Occidental el año empieza el 1 de enero, pero no siempre ha sido así… 

Todo empezó en Aragón. 

En el marco de las Guerras Púnicas entre las dos grandes potencias del momento, los romanos llegaron a la Península Ibérica (Ampurias) en el 218 a.C. con el fin de cortar los suministros a los cartagineses. Pero, pronto, se internaron hacia el Valle del Ebro. 

No siempre imponiéndose por las armas sino (casi siempre) por medio de acuerdos con los pobladores de ese espacio, los romanos favorecían el comercio, mejoraban las técnicas agrícolas y ganaderas, impulsaban las infraestructuras, pero —eso sí— a cambio del sometimiento y el pago de tributos a Roma. 

Lo que, en ocasiones, fue fuente de conflictos, como el levantamiento de los habitantes de Complega (junto al Moncayo) frente a Roma (180 a.C.).

En esa época, el Valle del río Perejiles era la vía de comunicación natural entre el Valle del Ebro y la Meseta y allí se asentaba la ciudad celtibérica de Ségeda (en torno a la actual Mara, en la Comunidad de Calatayud). 

Ségeda quiere decir “la poderosa”, pues era núcleo urbano clave, siendo la mayor de los pueblos celtíberos y con cierto desarrollo económico y científico (tenía un observatorio astronómico). 

Tal fue su importancia que, con el tratado de Graco (179 a.C.), Roma le concedió la capacidad de ser la primera ciudad celtibérica en acuñar moneda de plata y ejercer un dominio urbano en un amplio territorio a cambio de pagar impuestos y no crear nuevas ciudades en su amplio territorio. 

Con el florecimiento de la ciudad, ésta creció en población, y los segedenses decidieron ampliarla (155 a.C.) y —como cuenta el historiador griego Diodoro Siculo—, “…el Senado romano, desconfiando de su creciente poder, envió emisarios para impedirlo en nombre de los tratados (…). 

Contestó a esto uno de los ancianos llamado Caciro, que los tratados prohibían construir nuevas ciudades, y que ellos no fundaban una ciudad sino que reparaban una ya existente, con lo que nada hacían ni contra los tratados ni contra la común costumbre de todos los Hombres”. Era el mes de diciembre. 

En ese tiempo, el calendario anual se iniciaba el 1 de marzo, el mes que empieza la primavera, el ciclo anual natural. Por eso septiembre se llama así: era el séptimo mes; octubre el octavo, noviembre el noveno y diciembre el décimo. 

Por otro lado, sabían los segedenses que Roma no disponía de suficientes tropas en Iberia para vencerlos y que, para organizar una leva en el Imperio, debían celebrarse elecciones anuales de magistrados, lo cual tenía lugar a principios de año (en marzo), lo que suponía que tenían casi nueve meses (el periodo desde la organización de la leva, organización del ejército, embarcar las tropas, llegar al Valle del Ebro,…) para levantar la muralla y organizar la defensa y, además, la llegada de las tropas romanas coincidiría con el fin del otoño e inicios del crudo invierno de las Sierras Ibéricas, lo que dificultaría la adaptación romana frente a los segedenses. 

La respuesta de Roma fue tan contundente como sorprendente. Rompiendo la tradición, decidieron empezar el año inmediatamente, el 1 de enero, con lo que se adelantaba la elección de magistrados, la organización del ejército y la llegada a Segeda (que sería en torno al verano). 

Nombraron cónsul a Fluvio Nobílior y formaron un ejército consular completo (hasta 30.000 efectivos —dos legiones romanas de 6.000 soldados, otros 6.000 auxiliares itálicos y un cuerpo de caballería de 5.000 jinetes—, el doble de lo habitual en las grandes guerras de la época). 

El historiador Apiano nos cuenta que “…los segedanos, sin dar remate a la construcción de la muralla, huyeron”. Y organizaron una sangrienta emboscada donde los muertos de ambos bandos fueron cercanos a los 20.000. “…estos sucesos tuvieron lugar el día de la procesión a Vulcano (el 23 de agosto). 

Por eso, desde aquel tiempo, ningún general romano quiso comenzar un combate voluntariamente ese día”.
La guerra continuó y los pueblos celtas e íberos de la Península Ibérica fueron sometidos y paulatinamente romanizados. 

Pero esa, es otra historia. 

Jorge Marqueta Escuer.

17.8.23

¿Queremos los aragoneses luchar contra la despoblación?


Cuando yo hablo de la despoblación en Aragón, lo hago desde la gran duda de si la mayoría de los aragoneses quieren resolver este problema. A veces me da la sensación de que no van juntos los deseos con las decisiones.

La despoblación sólo se resuelve con más población y como esta población nueva tiene que venir de fuera de Aragón, no siempre es bien admitida la solución o los planteamientos de que en Aragón falta mucha población y hay que resolver este problema. Por que no se trata de traer población esporádica ni eventual, Aragón necesita crecer en aragoneses. 

Se trata de admitir y proponer la llegada de personas que vengan con la sana intención de quedarse y convertirse en aragoneses.

Por otra parte y para complicar más el problema, la población que falta no sería para su capital Zaragoza, sino para todo el resto de localidades, lo que nos lleva al problema de la aceptación por los vecinos anteriores y que ya están asentados en su territorio materno. 

Ejemplos tenemos en localidades cercanas a Zaragoza, donde los nuevos vecinos que llegan desde la capital a las localidades pequeñas, son literalmente marginados de la vida del pueblo. 

Podemos estar queriendo resolver la despoblación de Aragón y no ser eso lo que quieren los aragoneses que más lo necesitan. ¿Somos conscientes los aragoneses que el problema de la despoblación es muy grave?

No se trata de llegar al millón de habitantes en Zaragoza capital, sino de alcanzar que al menos 20 localidades de Aragón (sin contar Zaragoza) tengan más de 10.000 habitantes en el medio plazo por no decir en el corto plazo (en estos momentos hay 12 localidades). 

Si tenemos en cuenta que en Cádiz que es una provincia con un desempleo superior al 35% (el 32,77% de desempleo en la localidad donde menos desempleo hay en toda la provincia de Cádiz) y que ya tiene 21 localidades con más de 10.000 habitantes (en Aragón el desempleo actual es de un 15,3%); o que Alicante tiene 36 localidades con más de este número de habitantes, no nos parece una meta complicada el intentar a medio plazo y para todo Aragón que tenga las 20 localidades con más de 10.000 habitantes.

Entre las 8.120 localidades que hay en España, tenemos en Aragón colocadas un total de 21 entre las primeras 1.000 localidades por número de habitantes y sólo 9 entre las primeras 500 localidades españolas. 

En cambio tenemos 75 entre las 500 localidades con menos habitantes de España. 

Números tristes y dolorosos que sin duda nos llevan a la conclusión de que si no somos capaces de revertir la caída de despoblación, no hay solución a medio plazo para Aragón. Lo admitan o no lo admitamos los aragoneses.