Observemos en la imagen como este barrio cerca de París se ha enmarcado y encerrado negativamente con tres grandes vías que lo rodean.
El barrio de Grigny o La Grande Borne cerca de París es un ejemplo del que tenemos que tomar buena cuenta en todas las ciudades que superamos los 700.000 habitantes, como ejemplo de que no siempre una buena idea urbana de libro, un excelente diseño, puede acabar en éxito, o en cambio se transforma en un rotundo fracaso por añadirle errores que cambian su filosofía o bien no olvidan los urbanistas en seguir cuidando su evolución.
Se diseñó sobre un gran triángulo en el que se construyeron unos edificios de planta baja que servían como barrio nuevo a unas 3.500 familias que gozaban de viviendas creadas en la década de los 60, con jardines privados, zonas verdes comunes, diseños modernos y servicios. Parecería una buena idea.
Pero que poco a poco se fueron degradando en la medida en que la lejanía del centro de la gran urbe y su cerramiento por vías artificiales que les cortaban la salidas normales hacia la ciudad, lo iban convirtiendo en un gueto de un tipo determinado de familias.
Una mala planificación de los transportes urbanos hicieron el resto, dejando cerrada la zona o escasamente comunicada con el resto de la gran urbe, donde París solo es una parte.
En los finales de los año 2010 on un 40% de desempleo en esa zona y en un país con unos datos del 10% de paro, se ha ido convirtiendo en un barrio de conflictos raciales, de donde sale la violencia hacia la ciudad o exportándola incluso al resto del país.
En Zaragoza esto puede suceder y no voy a señalar zonas, pues no hay una sola. Nunca hay que permitir en el urbanismo inteligente la creación de grandes islas cerradas, pues ejemplos tenemos en Madrid o Barcelona, por no nombrar a Sevilla o la Zaragoza de los años 80 y 90, cuando sin darse cuenta los poderes municipales, se creaban errores asentados, que no se resolvían cuando se podía.
En los finales de los año 2010 on un 40% de desempleo en esa zona y en un país con unos datos del 10% de paro, se ha ido convirtiendo en un barrio de conflictos raciales, de donde sale la violencia hacia la ciudad o exportándola incluso al resto del país.
En Zaragoza esto puede suceder y no voy a señalar zonas, pues no hay una sola. Nunca hay que permitir en el urbanismo inteligente la creación de grandes islas cerradas, pues ejemplos tenemos en Madrid o Barcelona, por no nombrar a Sevilla o la Zaragoza de los años 80 y 90, cuando sin darse cuenta los poderes municipales, se creaban errores asentados, que no se resolvían cuando se podía.
Si cierras con autopistas o grandes avenidas una zona habitada, estás separando de la ciudad ese espacio urbano. Si además no lo dotas de un buen servicio de comunicación público, al final se convierte en un gueto más o menos conflictivo. Generalmente es cuestión de pocos años que se convierta en una “isla” en medio de la ciudad.
Las ciudades se mueven a golpe de crecimiento. También a golpe de crecimiento en edad de sus habitantes. Todos los ciclos vitales se van cumpliendo siempre, los de los edificios y los de las personas, los de los servicios públicos y los de los privados.
Las ciudades se mueven a golpe de crecimiento. También a golpe de crecimiento en edad de sus habitantes. Todos los ciclos vitales se van cumpliendo siempre, los de los edificios y los de las personas, los de los servicios públicos y los de los privados.
Y hay que estar siempre diseñando soluciones, mirando al futuro, aprendiendo del pasado e intuyendo por donde hay que actuar en el urbanismo de las personas.
Las ciudades no son solo urbanismo de ladrillos y cemento. Son entes vivos donde crecen personas, servicios, comercios y transforman las realidades urbanas al mismo ritmo en que se van transformando ellas en su velocidad vital.
Las ciudades no son solo urbanismo de ladrillos y cemento. Son entes vivos donde crecen personas, servicios, comercios y transforman las realidades urbanas al mismo ritmo en que se van transformando ellas en su velocidad vital.
Hay que edificar el futuro al mismo ritmo o un poco más rápido de lo que lo modifican las personas en su lógico movimiento de vida. O vamos por delante o siempre iremos por detrás. Es imposible ir a la par.
Ajovín
Ajovín