Los llamados terrenos de Aceralia es
una gran pastilla de terrenos, hoy industriales, en donde deberían haberse
construido hasta 2.344 viviendas en un terreno de unas 15 hectáreas, que ahora
han quedado como un espacio abandonado y sin futuro, tras la sentencia judicial
que impide convertirse en terrenos urbanos, tras la demanda presentada por el
empresa Saica.
Estos
terrenos, entre el barrio del Picarral y el Polígono de Cogullada, se quisieron
convertir en urbanos por un acuerdo entre el alcalde Atarés (PP) y la empresa
Aceralia, para que esta empresa pudiera trasladarse fuera de la ciudad
consolidada. Era un buen acuerdo para el barrio del Picarral y para la ciudad,
pues permitía revitalizar una zona compleja.
Pero las
alturas de los edificios en los planes previstos asustaron a la empresa Saica
que ella entendió sería muy presionada por los futuros vecinos y optó por poner
en la mesa de los juzgados el cambio de uso de los terrenos, desde industrial a
urbano.
Hoy, muchos
años después, la sentencia final y sin posibilidad de recurso ha dado la razón
a Saica. ¿Y ahora?
Pues por una
parte la asociación de vecinos presiona para buscar una solución, mientras los grupos
políticos en el Ayuntamiento optan por bajar mucho la densidad urbana de esta
zona a costa de menos viviendas, más zonas verdes y de servicios, siempre en
espera de un acuerdo con la empresa Saica para que no vuelva a presentar en los
juzgados la nueva propuesta. Hay que entender además que junto a Saica y
Aceralia, están otras 14 empresa pequeñas e medianas que se verían beneficiadas
por el cambio, pues les permitiría trasladarse en mejores condiciones a otras
zonas, si así lo deseaban.
Pero los
tiempos han cambiado, hoy plantear una nueva zona urbana para 1.500 viviendas (antes
2.344) es complicado de asumir, pensar hoy en que beneficia a empresas pequeñas
para poder marcharse a otra zona, con la que está cayendo es pensar en milagros;
y si no somos capaces de gestionar bien esta patata caliente en Zaragoza,
podemos encontrarnos con un problema a medio plazo, pues es una gran pastilla,
que abandonada a su suerte en una zona rodeada de viviendas y vecinos, puede
resultar complicada de gestionar y no digo más.
Pensemos solo
para ver las disfunciones ilógicas en el urbanismo por sentencias judiciales
mal empleadas para medrar, que hemos construido en Arcosur o en la zona entre
la Muela y Plaza, a muchos kilómetros del centro de la ciudad, mientras que
tenemos grandes extensiones vacías en Aceralia, Avenida Cataluña o Las Fuentes,
con el consiguiente ahorro para la ciudad que supone saber crecer con mesura y
lógica económica. Basuras, seguridad, transporte, servicios, etc. hay que
desplazarlos muchos kilómetros, cuando en otras zonas vacías ya pasan a su lado
estos servicios.
En la imagen
se ve la gran parcela de los terrenos de Aceralia, pero añadidos los terrenos
industriales de Saica y Hierros Alfonso, sobre los que ahora no hay ningún
proyecto de cambio (de industrial a urbano), pero que se podrían ver
beneficiados en su futuro por estos cambios.
P.D.: Sobre este tema hoy se publican unos números en los medios de comunicación zaragozanos que no me resultan creíbles. Se habla de rebajar el número de viviendas hasta 2.198, número que me resulta increible. Para rebajar solo 146 viviendas no hubiera sido necesario un juicio eterno. Pero es que además se habla de rebajar alturas desde 17 máxima a 8 máxima. De aumentan entre 8.000 y 10.000 el espacio destinado a equipamientos. Se habla de mantener o aumentar las zonas verdes. Se dice de recudir las viviendas por hectárea desde las 160 a las 150 previstas ahora. Con estos hechos mínimos, pues existirá negociación, es imposible hacer más de 1.500 a 1.800 viviendas.