Cuando Zaragoza decidió poner otro reloj en el centro de la ciudad, pues ya existía desde 1440 el reloj de la torre de La Seo, para regular la vida de la ciudad, el Ayuntamiento o Concejo decidió construir una torre muy alta en lo que entonces se consideraba punto medio de la ciudad, y poner en ella el reloj municipal, una torre mudejar que tuvo un final inentendible incluso ahora.
Se decidió pues construir la famosa Torrenueva que comenzó sus obras en el año 1504 tras aprobarse en agosto de aquel mismo año, y durante 15 meses se edificó la famosísima Torrenueva por un coste de 81.370 sueldos (4.068 libras jaquesas más 10 sueldos) según consta en los archivos municipales.
Los encargados de la obra fueron el arquitecto Gabriel Gambao, el maestro de obra y cristiano Juan de Sariñena, Ince (Juce) de Gali, Ezmel (Gumiel) Allabar o Valladar y el maestre Monferriz. Y con una altura de 312 pies (unos 80 metros) enseguida se detectó una desviación de 9,5 pies (algo menos de tres metros entre la base y la altura), por lo que enseguida fue conocida fuera incluso de España como "La torre inclinada de Zaragoza".
Desde el principio se aseguraron dos cosas sobre la inclinación. Que se había producido por haber levantado los pisos superiores sin haber fraguado bien la primera planta (y no por hundimiento del suelo) y que no tenía peligro de hundimiento o caída.
Las dos campanas que marcaban con sus sonidos las horas y los cuartos, fueron fundidas por Andrés Asín en el corral de Marigaita en el barrio de las Tenerías hacia el año 1508, aunque la grande se tuvo que cambiar dos años después por estar defectuosa, con un peso de unos 220 quintales. Actualmente están en una torre de El Pilar de Zaragoza pues se desmontaron y conservaron unos años en La Lonja de Zaragoza.
Las dos campanas que marcaban con sus sonidos las horas y los cuartos, fueron fundidas por Andrés Asín en el corral de Marigaita en el barrio de las Tenerías hacia el año 1508, aunque la grande se tuvo que cambiar dos años después por estar defectuosa, con un peso de unos 220 quintales. Actualmente están en una torre de El Pilar de Zaragoza pues se desmontaron y conservaron unos años en La Lonja de Zaragoza.
Y el primer relojero fue Jaime Ferrer de Lérida, aunque este reloj se fue sustituyendo con los años por otros ejemplares, concretamente en los años 1680, 1712, 1762, 1827 y 1880.
Esta famosa torre llamada Torrenueva se empezó a derriba como sabemos todos con tristeza, en el año 1892 hasta 1893, tras numerosos debates de políticos e intelectuales de la época. Nunca hubo consenso, pero primó el miedo.
Tenía cuatro plantas, la primera y más baja era una estrella de 16 puntas y según subías se convertían en plantas octogonales. La zona más alta, el remate final se puso en el año 1749 que fue lo primero que se empezó a eliminar para evitar presuntos peligros, en el año 1878, catorce años antes de empezar a derribar toda la torre.
Además de ser Torre Reloj era también Torre Vigía y tuvo un papel muy importante en los Sitios de Zaragoza, pues desde ella se observaban los alrededores de la ciudad y todos los movimientos de tropas francesas para intentaban conquistar la ciudad de Zaragoza.
En el año de 2024 ha surgido un nuevo intento de reconstrucción liderado por la Fundación Ingenio Azul y con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza y de las Cortes de Aragón. No es el primero pues desde 1980 existe una Asociación de amigos de la Torre Nueva, y en el año 2015 el PAR llevó en su programa municipal la reconstrucción de la torre.
Han existido algunos tímidos deseos desde hace décadas, incluso se construyó una base de varios metros de altura como monumento en el mismo punto en el que estaba, pero ninguno ha fructificado.
Esta famosa torre llamada Torrenueva se empezó a derriba como sabemos todos con tristeza, en el año 1892 hasta 1893, tras numerosos debates de políticos e intelectuales de la época. Nunca hubo consenso, pero primó el miedo.
Tenía cuatro plantas, la primera y más baja era una estrella de 16 puntas y según subías se convertían en plantas octogonales. La zona más alta, el remate final se puso en el año 1749 que fue lo primero que se empezó a eliminar para evitar presuntos peligros, en el año 1878, catorce años antes de empezar a derribar toda la torre.
Además de ser Torre Reloj era también Torre Vigía y tuvo un papel muy importante en los Sitios de Zaragoza, pues desde ella se observaban los alrededores de la ciudad y todos los movimientos de tropas francesas para intentaban conquistar la ciudad de Zaragoza.
En el año de 2024 ha surgido un nuevo intento de reconstrucción liderado por la Fundación Ingenio Azul y con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza y de las Cortes de Aragón. No es el primero pues desde 1980 existe una Asociación de amigos de la Torre Nueva, y en el año 2015 el PAR llevó en su programa municipal la reconstrucción de la torre.
Han existido algunos tímidos deseos desde hace décadas, incluso se construyó una base de varios metros de altura como monumento en el mismo punto en el que estaba, pero ninguno ha fructificado.