En mis viajes por España a veces me sorprendo gratamente por el reconocimiento a Aragón y a los aragoneses. Por ser las menos, cuando sucede la alegría es doble cuando menos. Hoy en Palencia, que nos puede parecer una ciudad muy alejada de Aragón por las distancias pero incluso por esa manía tristísima de obviar a las ciudades del interior peninsular, me he dado de bruces con la calle Joaquín Costa.
Mi sorpresa ha sido de gran tamaño, pues enseguida me ha venido a la mente que algo importante de la biografía de Joaquín Costa me debía haber pasado por alto: ¿qué tuvo que ver Costa con Palencia?
Parece que nada, directamente hablando, claro, pero aun siendo una ciudad eminentemente rural y Costa un legislador moral sobre el campo y su importancia social, me parece poca cosa para que Joaquín Costa tenga una calle importante en Palencia. En el centro y con dos grandes e importantes edificios en su espacio: la Diputación Provincial y el Mercado Central palentino. Y digo poca cosa pues filtro los reconocimientos que en Aragón damos a las personas con un siglo y me extraña que en Palencia valoren a un aragonés que no siempre es bien conocido en Aragón. Sin duda mis alegrías al ver un aragonés con calle, tan lejos de Aragón, merece un aplauso.