25.8.15

Carta Abierta (o cerrada) a la concejala Elena Giner

Estimada Elena Giner, concejala de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Zaragoza; has quedado prendida del espíritu de ZeC y quieres trasladar esos "Círculos" a la participación real de los vecinos a través de un nuevo sistema que desde los Centros Cívicos hará la competencia -más que complementar- a las actuales Juntas de Distrito.

Te equivocas Elena en varios puntos que considero fundamentales y que yo espero no tener razón, pues el desastre sería peor que las soluciones. 

Por una parte la participación ciudadana ya existe. Pero es un desastre y seguro que en este diagnóstico coincido con Elena Giner, contigo. Es decir, no sirve para casi nada la actual Participación Ciudadana. Pero es culpa del sistema, del Ayuntamiento y de los ciudadanos. No a partes iguales.

Intentar resolver esto sin consenso de todas las partes, sin diálogo y por imposición, sin conocer bien los trapos que se esconden dentro o conociéndolos y no sopesar los pros y contras, es osado y no servirá para nada. El PP se debe estar frotando las manos.

El principal problema de la Participación Ciudadana en Zaragoza no es que haya más o menos en cuanto a cantidad, el problema es que una vez que los vecinos participan, no les hacemos caso, no les damos respuesta, no tenemos presupuesto, todo es muy lento, las respuestas a veces son agrias o simplemente no les respondemos ni tan siquiera con un NO razonado. Es decir, lo primero no es cambiar el procedimiento, sino las formas y creérselo. Lo primero no es cambiar las Juntas de Distrito por los Centros Cívicos porque no se tienen agallas de suprimir las Juntas, sus Vocales y su trabajo. Lo urgente es dotar a lo que ya existe de funcionalidad, haciendo cambios necesarios pero organizados sobre la participación ya organizada. Manipular un Círculo o un ciento cuando tuvieran poder de gestión, es mucho más sencillo que manipular una Junta de Distrito o una AVV. Y lo sabemos los que estamos en esas sopas. 

En todas las Juntas de Distrito trabajan 10 pequeños políticos por la cara. Más un buen número de vecinos representantes de Asociaciones de Vecinos o de Entidades Culturales, Educativas, etc., que perderían su función válida y sentido de labor. No sucede nada por eso, en realidad hasta ahora no es mucho lo que logran, aunque sin duda mucho menos es nada. Cambiar simplemente eso por reuniones en Círculos desde los Centros Cívicos -entre nosotros- es llevarse la representatividad a la propia bolsa de adeptos. Bien, otra manera de jugar con la participación ciudadana. El trabajo de control urbano y social de todas estas entidades, se este tejido vecinal, es brutal. Ningunearlos más es derrotarlos del todo. Querer engañarlos diciendo que ahora será más y mejor, es creer que ellos no son lo que son.

Por mucho que se diga con la boca pequeña que las Asociaciones de Vecinos son fundamentales, sabemos que no es eso lo que se piensa y además sé también por qué no se quiere pensar así. No son maleables por "todas" las partes, pues ya son "de parte". Jope. Pero ningunearlas no es la solución, pues otra cosa no, pero de tontas no tienen un pelo.

En mi intervención pública de despedida como Vocal del Distrito del Rabal volví a recordar que la actual Participación Ciudadana no sirve, está obsoleta y pedía una reflexión muy seria y unos cambios profundos. Estas modificaciones no deberían venir -nunca- solo desde los equipos de gobierno, pues sus modelos de participación siempre están mediatizados, sean estos los que sean. Es tener que gobernar y cambiar para asumir que la participación tiene que tener control, tamaño y mesura. Hay modelos de los que copiar, sobre los que profundizar y diseñar uno propio para Zaragoza y su sociedad. Pero desde un trabajo serio y nunca desde una Comisión como la de la legislatura anterior, muerta de nacimiento. Pero tampoco desde los cambios por Decreto y sin consenso suficiente entre las partes.

Es mucho lo que hay que trabajar, mucho lo que se debe cambiar, pero desde la inteligencia social, empezando por participar para la participación, desde la propia actual participación. Derribar es mucho más sencillo que construir.

Julio M. Puente Mateo