Los pirómanos en Zaragoza no se van de vacaciones. La quema de contenedores continua, afectando a fachadas, vehículos, árboles y todo que este próximo al fuego, sin que nada ni nadie paralice una situación que le cuesta a la ciudad cientos de miles de euros. Y mucho más al ciudadano al que le queman el coche, negocio o el edificio. Pérdidas que, en muchos casos, les deja en situación dramática porque su seguro no les cubre.
Comprendo la dificultad de coger a esa gentuza en el momento de hacer la fechoría, pero la policía debería aumentar su capacidad de detener a los aprendices de Nerón. Este vandalismo incesante es extensible a parques y zonas de la ciudad, arrasadas de grafitis lejos del arte, y de ser limpiadas, que dan una sensación de ciudad dejada de la mano de Dios. Está bien que el nuevo ayuntamiento de manera preventiva, realice charlas pedagógicas para erradicar la delincuencia y el incivismo, pero dudo de que los pirómanos "quemacontenedores" asistan a ellas, así que… ¿qué hacemos? ¿Esperar que la desgracia llegue en forma de vidas humanas? La nueva corporación debe poner manos a la obra, que tajo tienen.
Daniel Gallardo