13.8.15

Aragón desaparece. Bueno no, sólo los aragoneses

Si eres aragonés ya sabes que la despoblación es un drama para nuestro territorio, aunque también admito, que a los muchos que decimos esto se nos mira con cara de ser agoreros y unos cenizos pues pensáis no es para tanto. La verdad es que los datos negativos son persistentes y cada vez más aragoneses sentimos que este es el principal problema de futuro, aunque también digo que nos encantaría estar equivocados.

Para afianzar nuestra percepción podríamos recurrir a las estadísticas, a los datos demográficos que nos vienen de Madrid o a compararnos con territorios parecidos como Extremadura y ver cómo evoluciona cada territorio. Todo lo haremos, sin duda, pero no tener nacimientos, es decir aragoneses nuevos y con arraigo territorial, es un drama brutal.

Que en el 50% de las poblaciones aragonesas no naciera ningún niño en el año 2014 es dramático, pero lo peor es que no tenemos soluciones sencillas ni posibles en el corto plazo. Incluso tampoco muchas ideas para el medio y largo plazo. Hay que lograr que los territorios aragoneses emanen capacidad de generar beneficios económicos, para que estos se conviertan en beneficios sociales y de servicios. Pero con sinceridad, no sabemos.

No hay que crear empresas pues hoy es perder el tiempo como trabajo organizado para resolver los problemas que afectan a Aragón, esto ya no es posible hacerlo con el volumen que se necesita, hay que obtener beneficios del trabajo turístico, agrario y ganadero añadiendo valor en manipulación, en calidad, en servicios, en comercialización diferente, en originalidad, en osadía incluso. Hay que potenciar los mercados de kilómetro cero, pero también los productos diferenciados, la calidad contrastada, los valores añadidos en todo tipo de productos que se puedan ofertar en los mercados comerciales más originales. Debe Aragón volver con fuerza al cooperativismo no manipulado, a las ayudas mutuas entre diversos grupos de aragoneses cada vez más formados y que saben a poco que se les ayude, salir del atolladero.

Pero para todo esto Aragón necesita un liderazgo fuerte. Algo que lleva décadas sin tener. ¿Alguien cree que es posible levantar Aragón por voluntad espontánea? Los aragoneses no creemos en nadie pues nadie ha surgido con capacidad de liderar esta sociedad. Vamos picoteando según legislaturas, cambiando como putas en Cuaresma. Pero no logramos creen en nadie, mantener durante al menos una década la ilusión en un liderazgo creíble y capaz para todos los aragoneses. Siempre dependemos de Madrid y parecemos conformarnos con la nada sin rechistar. Pero debemos recordarnos que no siempre es así en todos los territorios, no siempre  es bueno ni inteligente que sea así.

Julio M. Puente Mateo