Me dijo un amigo foráneo hace unos días que la ciudad de Zaragoza se había quedado estancada en el 2008, año de la Expo. Una fotografía paralizada en el tiempo, en la que solo en este tiempo no ha visto más cambio, que el manto de la Virgen del Pilar, según mi amigo. Y efectivamente, desde la transformación espectacular de la Expo, nos llegó al casi estancamiento en proyectos de obra pública y privada. Ya sé que no son buenos tiempos. La crisis es una excusa perfecta para que este monótono ayuntamiento siga sin tener iniciativas y demuestre la incapacidad para gobernar la quinta ciudad del estado. No dudo de la buena voluntad de Santisteve y su inexperto equipo, pero su excesiva soberbia, pecado capital y esa autosuficiencia, lejos de buscar el apoyo de quienes se lo dieron (PSOE y CHA) para lograr un gobierno progresista estable, han logrado subsumir a la ciudad en un estado de letargo insultante.
Postureos, demagogias o utilizar la deuda como excusa, no puede durar cuatro años más. Priorizar un plan social, en eso nadie puede estar en desacuerdo, pero la mejor protección no solo para la supervivencia, es sentirse útil, tener un empleo. Empleo que solo puede venir a través de iniciativas del sector público y privado. Inversiones privadas, concesiones que den rentabilidad, facilitando y no obstaculizando, dentro de un marco legal que impulse proyectos paralizados. Buscar formas, con recursos propios, públicos o privados para sacar adelante proyectos, no hace falta enumerar todos los que están dormidos en un cajón.
Zaragoza por su situación geográfica es un punto atractivo donde todos tienen cabida, vendedor, cliente cercano y foráneo. Y en esa competencia, al pequeño empresario darle una mayor facilidad a la hora de abrir o llevar su negocio, eliminando muchas de esas enormes trabas burocráticas y económicas que desmotivan al emprendedor. Y esa paralización del Ayuntamiento de nuestra querida Zaragoza, se refleja no solo en transformarla, pero también en tener capacidad para mantener lo que tanto costó, léase edificios singulares de la Expo entre otros.
Dejarse a un lado quién manda aquí y trabajar juntos, uniendo ilusión, trabajo y experiencia, que pueden complementar PSOE y CHA, llegando acuerdos en los desacuerdos. No esperemos a ver qué pasa en las Elecciones Generales, que esa es otra guerra. Nos jugamos mucho en Zaragoza.
Daniel Gallardo Marin