15.5.16

Zaragoza necesita su "marca" de futuro impulsor

Zaragoza es una gran ciudad pero me da la impresión de que ella no lo sabe. Ella tiene alma, tiene entidad jurídica. Puede comprar y vender, luego debe sentir, debe saber decidir como cualquier empresa del mundo. Zaragoza está viva pero le falta autoestima, no se cree ella misma, no sabe qué es, le da miedo ser quien es.

Zaragoza es una gran ciudad por muy diversos motivos. Por su posición geográfica, por sus gentes, por sus posibilidades como centro perfecto de un espacio europeo enorme, por contener todos los elementos que la han convertido en una gran ciudad, aunque sin tener ese sentido impulsor que la posicione donde debe estar.

Zaragoza debería reposicionarse en Europa, lograr más claramente una identidad propia e izarla sobre otras ciudades vecinas que intentan restar posibilidades. ¿Qué identifica a Zaragoza entre el resto de capitales importantes del norte de España? Curiosamente no somos los zaragozanos capaces de señalar alguna de esas posibilidades contundentes que nos deben servir para auparse a las primeras plazas.

Tenemos un tamaño perfecto y somos el nudo idóneo para atraer economías de gran valor añadido por nuestra posición equidistante de muchas otras ciudades del sur de Europa. No tenemos mar, luego hay que priorizar nuestra salida al mar. Tenemos una salida hacia Europa deficiente, luego hay que modificar las comunicaciones hacia Europa. Eso, o potenciar de forma estratégica nuestra posición perfecta en el transporte aéreo de mercancías, personas, educación y economías de servicios y consumo.


Zaragoza necesita —como antes apuntaba— una “marca” de ciudad con futuro impulsor. Varias ciudades vecinas ya son Ciudades Verdes, Ciudades de Las Artes, Ciudades Mediterráneas. No podemos ser la ciudad con más deuda por habitante, pues ese concepto sólo busca congelar nuestras posibilidades para que otras ciudades amplíen las suyas. Si tenemos deuda sólo cabe una decisión. Pagarla trabajando más y mejor.


Zaragoza debe buscar perentoriamente una marca de ciudad, consensuada, capaz de poner a todo el entorno de Zaragoza en el mapa de la economía de escala, pues si algo nos sobra es espacio para ofrecer, y posición para tomar impulso en cualquiera de las materias que seamos capaces de imaginar. Pero para ello es fundamental que nosotros mismos nos creamos nuestras capacidades, pues hoy la autoestima como ciudadanos de Zaragoza está por debajo de lo que se necesita para emprender colectivamente un camino hacia la excelencia.