Ruido. Mucho mucho ruido. Son semanas de mucho ruido interesado.
De zancadillas y opiniones llenas de ruido, de basura, de malas interpretaciones, de intentos por medrar, de mover todas las piezas para influir.
Mucho ruido.
En Zaragoza, en Cataluña, en Madrid, mucho ruido, mucho ruido para que no haya sensatez, calma, diálogo, sentido común.
Tanto tanto ruido que lo mejor es apagar los contactos de los que se bebe y esperar al final.
Tanto tanto ruido, que al final llegó el final.
Y el ruido dejará paso al silencio para así poder seguir haciendo lo que se quiera hacer, pero ya sin ruido.
Tanto tanto ruido, que al final llegará el silencio.