Lo malo de las campañas electorales es que algunos líderes dicen lo que no sienten, o lo que es peor, dicen lo que piensan y nunca dicen en situaciones normales. Vamos…, que se les escapa la lengua. Ayer Lambán nuestro presidente aragonés, dijo cositas que no quedan bien, la verdad.
Esta frase que os dejo a continuación no es necesariamente falsa, encajaría en una declaraciones de cualquier político con ganas de aplausos fáciles de sus compañeros de partido, pero en boca de un Presidente de Aragón, es decir, de una persona con grandes responsabilidades entre toda una sociedad, quedan cuando menos raras.
“No puede gobernar España un partido que es un amalgama de viejas antiguallas ideológicas que allí donde se aplicaron no produjeron sino pobreza y autoritarismo, una amalgama de personajes que van desde un general antimilitarista, que ya es decir, hasta un sindicalista salteador de supermercados pasando por el liderazgo moral de ese adalid de la modernidad que se llama Julio Anguita"
Se puede decir que en ese momento no hablaba como Presidente de Aragón, pues lo hacía entre los suyos. Pero esto no es cierto, sino una forma de ver las cosas. Si fuera un simple concejal de Ejea no hablaría en ese foro. Y como Secretario General de su partido debería hacerse mirar si estos casos orgánicos son compatibles —legalmente sí lo son, pero moralmente no sé si funcionan bien— con los cargos representativos. Y eso me sirve para Lambán pero también para otros muchos cargos, y sé perfectamente por cuantos de ellos me refiero, dentro de todos los partidos políticos. No es una crítica a las decisiones de cada uno, sino hacia la mesura que hay que tener si se aúnan ambos cargos tan diferentes, aunque no lo parezcan.