18.5.16

El Palacio de los Pardo y la música coral, que nunca imaginaron

Ayer la Coral Santa María del Pilar abrió en el Museo de Goya de Zaragoza el Día Internacional de los Museos, con un concierto en un marco curioso y sobre todo muy eficaz para este tipo de eventos. Las 40 personas sobre la escalera del hermoso edificio dirigiendo sus voces hacia el patio interior, sonaron bellamente como en una caja de resonancia muy eficaz.

Nunca los propietarios primitivos de este palacio, de este edificio, pudieron imaginar que más de 100 personas se sentarían en su patio de caballos para escuchar un concierto musical. Es imposible imaginar la cara que pondrían la familia del infanzón Jerónimo Cósida  y de Violante de Albión, si pudieran volver un momento —más sería abuso histórico— a través de una máquina del tiempo a ver la actuación de ayer. Casi 500 años después, aquel palacio que edificó el maestro morisco Juan ¿Luis? de Lanuza con criterios todavía claramente árabes aragoneses de un gran patio interior para las caballerizas que es la zona en la que se dió el concierto y muy poca salida hacia la calle con ya detalles renacentistas y ciertos toques en su decoración en recuerdo al emperador Augusto, que escondían una planta noble para los propietarios y otra planta superior para el servicio que atendía a los propietarios.

Tampoco los marqueses de Bobadilla o la familia Pardo, o incluso los militares que emplearon este edificio como Capitanía Militar en los años de la Guerra de Independencia o como sede posterior de la vivienda privada del Capitán General de Aragón pudieron pensar nunca que allí cantarían personas unos excelentes ejemplos de música gospel. Es lo que tiene cuidar el patrimonio, conservar los edificios históricos que nos enseñan la vida anterior de las ciudades con historia propia.