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En las últimas semanas los espectáculos que el Ayuntamiento de Zaragoza está ofreciendo a sus ciudadanos, en Plenos, Comisiones y sucedáneos, es además de bochornoso, muy triste y cercano al caos. Nunca los políticos deben comportarse así, nunca, pero sobre todo menos todavía las personas adultas, formadas, con responsabilidad pública, las que en teoría deben dar ejemplo a los ciudadanos.
Los insultos se multiplican, por parte de los mismos que solicitan, exigen a veces, que los ciudadanos se comporten bien con los políticos.
¿De qué forma vamos a lograr respeto si nosotros mismos no nos respetamos? No voy a señalar a nadie, no quiere nombrar a personas ni a partidos políticos. No todos caen en ese bazofia, pero no quiero separar. Todos somos responsables. Unos por jugar al barro asqueroso y otros por permitirlo sin dar un zapatazo. Por eso hoy aquí lo voy a dar yo. ¡Ya vale!, ¿acaso somos más imbéciles de lo que parecemos?
Os dejo la carta que hoy ha hecho pública Chunta Aragonesista sobre este tema. Unos piden con unas hojas mal planteadas y diseñadas, escasas de contenido y flojas unos acuerdos de gobernabilidad. Otros presentan sus 112 planes en un diseño básico pero cuidado que contrasta brutalmente con el anterior, como si fuera un concurso de diseño gráfico. Todos piden gobernabilidad para Zaragoza. MENTIRA. Joder, habrá que decirlo fuerte. MENTIRA. Están jugando a joderse unos contra otros.
Lo primero es mantener el respeto, en teoría todos los concejales y el alcalde son personas adultas. Simplemente adultas y leídas. Y una vez que simplemente nos respetemos, que no es tanto lo que se pide, tal vez se pueda hablar de buscar puntos de gobernabilidad. ¿Pero para qué sirve jugar a realizar documentos muy bien diseñados por el becario de la Escuela de Artes, sin contenido diferente y válido, si seguimos insultándonos, si somos incapaces de sentarnos en una mesa y mirarnos a los ojos?
Yo me niego a colaborar en este teatro. Sobre todo porque estoy seguro que al final los zaragozanos no nos va a aplaudir. Y al teatro se va a mirar o a que te aplaudan.
Julio M. Puente Mateo