Conocemos como tasa de abandono educativo temprano o tasa de abandono escolar, el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que solo han conseguido como máximo terminar la Educación Obligatoria Secundaria (ESO). Esta tasa sigue bajando en España y ha alcanzado en el primer trimestre del año 2016 el 19,8 %, pues teníamos el 21,9 % en 2014 y el 20 % en 2015
El título de Bachillerato o FP de Grado Medio que NO obtienen estos jóvenes por abandonar antes sus estudios, es uno de los indicadores que la UE y la OCDE consideran como "nivel educativo mínimo necesario para afrontar con garantías la inserción en el mercado laboral", y según la Estrategia Educación y Formación 2020, la tasa en España para ese año debería ser del 15 %. La estadística Eurostat señala que España sigue siendo el país de la UE con la tasa más alta de abandono escolar y que el dato duplica la media del 10 % de la UE. Si añadimos a estos datos, el hecho de que en España es donde más paro juvenil hay, y que por eso resulta sencillo bajar esas malísimas cifras, vemos que la gran asignatura pendiente de la formación de calidad es tremenda y no le prestamos la atención debida.
Solo tres territorios ya han bajado del 15 % previsto para el año 2020 como objetivo imprescindible: Cantabria (10,5 %), Navarra (9,8 %) y País Vasco (9,6 %).
¿Y Aragón? Pues Aragón está mal. En el año 2014 estábamos en el 18,4%. En el año 2015 subimos hasta el 19,5% y en el primer trimestre del año 2016 estamos en el 19,3%. Cuando vemos que nuestros vecinos Navarra, País Vasco, Cataluña o Castilla León están mejor, deberíamos tomarnos muy en serio este asunto, que afecta a la juventud y a su formación que afectará al futuro de todos nosotros.