También en Zaragoza estamos a punto de cerrar el año 2024 y aunque lo anuncien los agoreros, no ha venido el Fin del Mundo ni el fin de Españas. En realidad este 2024 ha salido revuelto pero todavía nos quedan dos meses para estropearlo algo más, no nos confiemos: seguimos respirando, escuchando a los pájaros gritar, quieren montar dos nuevas líneas circulares de Bus urbano y el Ayuntamiento de Zaragoza no tiene un duro como es lógico.
El recinto de la Expo 2008 y sus edificios emblemáticos siguen cerradas, muchos barrios no tienen quien los quiera y los actualice, y la cultura ya no está ni se le espera mientras la DGA sigue odiando a Zaragoza como sucede siempre.
Pero eso no es nada con lo que nos puede suceder en el próximo 20253, pues podrían volver las huelgas a los transportes urbanos de autobuses, las bibliotecas cerrarán por las tardes, nos iremos preparando lentamente para las próximas municipales a cara de perro, los recortes nos dejarán calvos y el cabreo aumentará pero ya nos hemos ido acostumbrando. ¿Tendremos que vender algunas torres del Pilar para pagar las deudas?
Pero eso no es nada con lo que nos puede suceder en el próximo 20253, pues podrían volver las huelgas a los transportes urbanos de autobuses, las bibliotecas cerrarán por las tardes, nos iremos preparando lentamente para las próximas municipales a cara de perro, los recortes nos dejarán calvos y el cabreo aumentará pero ya nos hemos ido acostumbrando. ¿Tendremos que vender algunas torres del Pilar para pagar las deudas?
Eso si, este año 2024 sigue siendo NUESTRO, aunque no nos demos cuenta. Será lo que cada uno de nosotros quiera (queramos) que sea, lo que entre todos logremos que sea. Hay muchos sitios para actuar, para reflexionar, para participar. Solo falta que nos los creamos.
Nos dicen que nos encaminamos al vacío, como si los nuevos tiempos fuera a ser como un disco duro sin nada dentro. En un año miraremos con qué lo hemos ido rellenando y haremos cuentas.
Si salimos perdiendo otra vez, será nuestra responsabilidad, no habremos sido capaces de hacerlo mejor. Pero es nuestro Tiempo y debemos pensar un momento si tenemos fuerzas en intentar al menos trabajar por modificarlo.
Hasta convertirlo en un año con nuevas esperanzas tendremos que trabajar duro, quejarnos menos en el bar y en las Redes Sociales y más en donde sirve de algo quejarse. Tendremos que ofrecer soluciones a cada problema para que no nos digan que solo sabemos quejarnos.
Esta fotografía del Puente de Piedra de Zaragoza es del año 1927, casi un siglo tiene, así que sí, podemos cambiar pues ya lo consiguieron nuestros abuelos y nuestros padres.