Se cumple
esta semana cuatro años desde que Zaragoza volvió de Dubái con el acuerdo no
firmado pero verbal de poder celebrar en nuestra ciudad una Expo Paisajes para
el año 2014, que enseguida fue maltratado y nada creído por casi todos los
partidos políticos.
La idea era
potenciar los barrios del este de Zaragoza, desde Las Fuentes a Vadorrey, con
el arreglo de toda la zona del final del Gállego y la huerta de Las Fuentes y
Montemolín. Pero primero la crisis económica y luego las críticas de todos los
partidos políticos menos el PSOE, para que no fuera aprovechado por este
partido en las siguientes elecciones municipales, llevó al traste con esta
idea, que hoy ya ha quedado en el olvido de todos.
Pasamos de
llamar Expo Paisajes a Expo Nabo, sin atender a las voces que solicitaban
(solicitábamos) un repaso a todas las Expo Paisajes anteriores en países de
Europa, y sus resultados para revitalizar barrios de grandes ciudades y
dotarlos de nuevos parques y una vida de más calidad.
Expo Paisajes
tuvo algunos errores graves en su planteamiento. No se contó con una
financiación clara. Se cometió el gran error de meter en el proyecto la Huerta
de Las Fuentes cuando no era necesario para la realización de este gran evento,
lo que enseguida puso en su contra a todas las fuerzas ecologistas, con las que
había que haber contado. Se intentó cambiar después su ubicación hacia la zona
Expo 2008 mareando el proyecto para adelgazarlo sin convencer a nadie. No se
supo contar con el resto de fuerzas políticas municipales ni de la DGA.
Incluso hoy
las Asociaciones de Vecinos de los barrios afectados hablan del acierto que
supuso no hacer la Expo Paisajes, a la vez que siguen reclamando un cierre de
la ciudad por el Este y unos servicios que no tienen en comparación a otros
barrios de Zaragoza. Algo que resulta incompatible, más en periodos de crisis.
Priman las órdenes de las directivas políticas a nivel ciudad, a costa de las
necesidades de estos barrios, que aunque estén representados por AVV, sus
dirigentes obedecen a sus respectivos partidos políticos.
Es curioso
que tanto CHA como IU, que enseguida plantean soluciones adoptadas por barrios
europeos para sus problemas de revitalización, no hayan sido nunca capaces de
enseñarnos qué ha supuesto este tipo de exposiciones de jardinería y
horticultura para las ciudades que los llevan realizando en estas últimas
décadas. ¿Qué no hay dinero?, ¿y desde cuando se apoya desde la izquierda un
sistema económica que quiera controlar el déficit a costa de los barrios que
más mejoras necesitan? ¿que todo se basaba una vez más en el ladrillo?, pues
precisamente para eso estamos desde la izquierda, para controlar y modificar
vicios viejos y evitarlos.
Es
inentendible que se construya en Arcosur, a una distancia tremenda y a un
precio para llevar servicios municipales muy altos que tenemos que pagar entre
todos los zaragozanos, y no seamos capaces de dar sentido a lo que antes era la
Huerta de Las Fuentes, pero ahora no son más que terrenos baldíos y sin nada
que cultivar. Y lo digo desde el conocimiento de haber pisado los campos de
patatas, alcachofas, bisaltos o cebollas cuando efectivamente era una gran
huerta y no lo que es ahora. O que tengamos a poca distancia del centro de la
ciudad toda la desembocadura del río Gállego y no seamos capaces de sacarle el
provecho que cualquier otra ciudad de nuestro tamaño ya habría conseguido con
poca inversión púbica y un control exquisito de la inversión privada.
Zaragoza necesitaba este tipo de eventos (u otros parecidos) para seguir contando tras el fracaso que supuso Expo 2008, de cara a potenciar Zaragoza como destino turístico. Tuvimos la oportunidad perdida de posicionar Zaragoza en el mapa europeo y potenciar salidad económicas en periodos de crisis. ¿Que hay que pagar las deudas?, efectivamente, pero poco a poco y a su tiempo. Los errores de algunos edificios de Expo 2008 si fueron el gran lastre de lo que nunca hay que hacer. Debimos aprender de estos errores, pero nunca a costa de suspender todo tipo de actuaciones urbanas o de inversión. Excepto que asumiéramos que como somos imbéciles como ciudad para hacer las cosas bien, lo mejor es no hacerlas.
Zaragoza necesitaba este tipo de eventos (u otros parecidos) para seguir contando tras el fracaso que supuso Expo 2008, de cara a potenciar Zaragoza como destino turístico. Tuvimos la oportunidad perdida de posicionar Zaragoza en el mapa europeo y potenciar salidad económicas en periodos de crisis. ¿Que hay que pagar las deudas?, efectivamente, pero poco a poco y a su tiempo. Los errores de algunos edificios de Expo 2008 si fueron el gran lastre de lo que nunca hay que hacer. Debimos aprender de estos errores, pero nunca a costa de suspender todo tipo de actuaciones urbanas o de inversión. Excepto que asumiéramos que como somos imbéciles como ciudad para hacer las cosas bien, lo mejor es no hacerlas.