Ser hermano, cuñada o vecino de un político es muy peligroso. Te pueden grabar, revisar tu basura para ver si reciclas bien, seguirte para saber qué bebes en los bares o lo que es peor, con quien hablas por las noches. Ser familiar de un político es un oficio peligroso y de riesgo, y no te lo reconoce la Seguridad Social ni la Oficina del Paro. Lo haces por la jeta, por haberse rejuntado tu hermana con un político o por haber nacido de la misma madre. Jodo con esta España.
Yo recomiendo una solución drástica. Si algún familiar apunta maneras, machácale los nudillos, defigúrale la cara pues sólo los guapos logran ser algo en política, amanázale de cortarle los suministros antes de que ya sea tarde. No dejes que nadie de tu entorno sea político o estás perdido. En cualquier momento te pondrán micrófonos en tu casa, te harán fotos la policía secreta, te seguirán hasta el wc de tu bar preferido, hablarán con tus amigos. Los amigos de los familiares de los políticos también son sospechosos.
Ser familiar o amigo de un política es peligroso en Venezuela y en España. Es posible que en algún otro país escaso de mentalidad democrática también. ¿Quien dijo que no volverían las falanges, los peronismos, las kurdas, las sacas? Estamos fichados, todos, y hay una casilla en nuestra hoja de servicios donde pone: ¿Es cuñado de algún político? No los invites a paella el domingo, te han podido colocar un micrófono dentro de la cabeza de la gamba.