La primera piedra del cuarto proyecto del Real Zaragoza para salir del pozo de la Segunda División de fútbol ya está puesta. El aragonés Luis Milla se va hacer cargo de las riendas, prestigio como jugador no le falta al turolense pues vistió la camisetas de los principales clubs del panorama español (Barcelona y Real Madrid) y la de la selección. No tanto como entrenador, a pesar de hacerse cargo de la selección sub 21 durante unos años.
Difícil misión le espera al aragonés, en un equipo con un presupuesto inferior que la anterior decepcionante temporada, con una lista de jugadores con contrato en vigor de un rendimiento decepcionante en alguno de ellos y una afición hundida, que tardará mucho tiempo en olvidar la humillación de Palamós.
Pero no hay más remedio que pasar página, pues lamentarse eternamente solo aumentaría el dolor de una afición defraudada. El cestero ya está, los mimbres para hacerlo bien habrá que buscarlos. Escoger las ramas más fuertes e implicadas del arbusto, que soporten las inclemencias, que no se arruguen en una liga tan larga e igualada ha de ser su tarea principal. Ese cesto llenarlo de victorias, por el prestigio del club, como afición de primera y gran ciudad que somos.
Aragonizalizar el Real Zaragoza es positivo, con técnicos y jugadores con carácter y orgullo, nacidos en la tierra o con pasado zaragocista ha de ser ese plus que aporte sentimiento y nos haga mejores. Técnico y Jugadores que impliquen a los nuevos a sumarse al proyecto, sin temor, sabiendo a donde vienen y lo que se espera de un equipo que no debiera permanecer un año más en esta categoría impropia. Si hacer propia una frase que alguien dijo; ¨Puedes poner piedras en mi camino pero seguro que lo conseguiremos¨.
Daniel Gallardo Marin