En el debate de La Sexta con los cuatro pesos pesados de la economía que intentaron explicar lo complicado de las soluciones, ganó desde mi punto de vista Garicano de Ciudadanos pues sobre todo era el que necesitaba ganar espacio y posibilidades de darse a conocer, por sus formas y expresiones, sus ligeros cambios hacia la socialdemocracia asentada 2.0, su posibilismo y su negativa a ir por caminos imposibles en unos tiempos complejos, de los que queda un largo recorrido.
Tras él, sin duda Jordi Sevilla tuvo momentos además de muy interesantes muy didácticos y con poso de alguien que sabe dominar la escena. Su capacidad para no ponerse nervioso y para no escuchar al que le intenta pisar hablando por encima, es además de complicada de un acierto contundente. Es verdad que su credibilidad viene tocada de lejos, pero también su profesionalidad y limpieza, ambos valores muy a tener en cuenta en alguien que estuvo y quiere volver a estar.
Alberto Garzón fue casi a aprender en debates muy complicados. Sus ideas son bien conocidas a través de sus intervenciones o libros, estuvo claro y diferente, se movió bien en su socialdemocracia 4.0 pero le faltó contundencia y capacidad de “corte” cuando en algunos momento quisieron volver con las mantra típicas contra Unidos Podemos. Es cierto que el comunismo es un hándicap complicado de explicar entre economistas, y que tampoco tiene a nadie que lo defienda pues es casi imposible. Claro, que…, si no se puede explicar, para qué existe?
El ministro de Guindos estuvo en otro planeta. Se creía que estaba entre colegas europeos a los que se les pueden reír las gracias. Su papel era muy complicado y aunque quiso jugar con las cifras y los momentos y motivos de la crisis, es complicado entre pesos pesados de la economía. Pudo estar peor, sin duda, pero demostró que sabe salir y sobre todo que domina el arte del debate y la escena. Con otros mimbres hubiera ganado, pero lo tocó defender al PP, complicada tarea.
¿Sacamos algo en claro en un tema tan importante? Pues que en economía no se puede jugar; que tenemos diversas formas de trabajar la economía y es mentira que sólo exista la de la austeridad; y que cualquiera de los tres aspirantes son capaces de hacerlo bien, algunos incluso muy bien, aunque los números no les acompañen en los resultados finales. Y aunque en economía los números son importantes, las personas lo son más.