El tema de los terrenos de la empresa Averly está encima de la ciudad de Zaragoza como un asunto importante, como concepto político pero también como otra herramienta más en esa batalla larvada pero clara que mantienen desde el Ayuntamiento de Zaragoza, ZeC contra casi todos los demás. Casi todos los demás contra ZeC.
Mal trabajo estamos haciendo todos cuando convertimos en tierra de batalla la propia ciudad y su futuro, para embarrarnos todos en batallas que sólo buscan herir a los contrarios. Pero no quiero salirme del asunto de Averly y a él me dirijo.
Nadie en Zaragoza duda de la importancia de la empresa Averly en la historia del último siglo de Zaragoza. Nadie tampoco que su ubicación junto a CaixaForum y el Portillo es estratégica en el desarrollo urbano de ese centro de la ciudad, que podríamos llamar ensanche del siglo XXI, desde la Av. Valencia hasta la Milla Digital, en el espacio que quedó libre entre la Estación del Portillo y la zona de la Expo 2008. Toda una pastilla enorme y que sigue sin desarrollarse urbanamente. Sigue siendo una cicatriz, donde Averly ocupa un espacio estratégico.
Cuando se dice “salvar Averly” hay dentro de esta frase dos conceptos diferentes. Por una parte salvar los restos de la empresa, como un vestigio industrial muy interesante que debemos conservar y que gran parte ya están catalogados por la DGA, pues representan parte de nuestra historia. Pero además también supone disponer de unos terrenos que se puedan utilizar para usos públicos aunque hoy son privados, dado su valor estratégico en el desarrollo de la ciudad del futuro.
Hasta aquí todo bien, si no hubieran entrado a tropel por una parte los errores tácticos de ZeC a la hora de valorar a sus enemigos, y por otra parte los “enemigos” que lo único que buscan es complicar el asunto para que no se pueda resolver satisfactoriamente a favor de ZeC. Nunca sale a relucir la ciudad, su futuro, sus beneficios como algo muy superior a la asquerosa y aburrida batalla entre rancios políticos.
Sólo CHA ha salido en defensa de las propuestas de ZeC y de la reconocida Asociación APUDEMA en los Plenos y Comisiones de esta semana en el Ayuntamiento, pero sin “la chicha” suficiente para enmarcar el asunto donde de verdad se merece. Y lo voy a explicar.
No tiene sentido aumentar los espacios recuperados en una Zaragoza con problemas económicos, si antes no somos capaces de diseñar los usos de esos espacios, en el corto o al menos en el medio plazo. Incluso me bastaría con el largo plazo. No podemos retraer economías de los presupuestos en partidas de otras utilidades para la sociedad de Zaragoza, si al menos no planteamos usos claros y útiles de lo que se intenta rescatar. Porque todo cuesta dinero. Aunque sea sólo en los papeles contables.
Zaragoza goza de muchos espacios recuperados. Pero algunos siguen parados, otros ya se nos han hundidos, muchos sin uso, algunos con uso a medio gas, otros con usos los primeros meses y que después se “enfrían”, etc. Madrid ha estado gobernado en ese aspecto de una forma muy interesante aunque ideológicamente esté en las antípodas de las mías. Pero no está nada mal fijarse en qué han hecho en el Matadero, en Tabacalera, en Casa Encendida, Canal Isabel II, etc. Algunas actuaciones con mucha ayuda de su Gobierno de Madrid. Necesidades en Zaragoza hay muchas, pero hay que crearlas y tras ello dotarlas de actividad mantenida y un trabajo fino y constante de activación para que se usen y se emplean por la sociedad. Sin una memoria de estos trabajos, intentar recuperar más edificios queda bien, es lo que deberíamos hacer como una gran ciudad, pero deberíamos plantearnos si realmente sirve en una ciudad que no es capaz de seguir avanzando en ampliar los servicios necesarios.
Julio M. Puente Mateo
Julio M. Puente Mateo