Hoy Reino Unido está votando si salirse de la Unión Europea…, o mantenerse dentro de ella pero fuera del euro. Susto o muerte. Los sondeos han advertido de la igualdad de resultado entre las dos posibilidades, y todos estamos hablando de lo importante que es para Europa, para España que salga un SI o un NO. Debo llevaros la contraria. No es nada importante el resultado del referéndum de hoy. Da (casi) igual el resultado. Sobre todo para los ingleses.
El mal ya está hecho y a partir de mañana, sin que lo notemos mucho, Europa tendrá que cambiar con un resultado o con el contrario. No hay más camino. Si gana el “mantenerse” lo prometido al Reino Unido obliga a modificaciones muy serias en la idea de Europa. Si se salen será la propia Europa la que tendrá que hacer esos mismos cambios para que no se vayan otros en poco tiempo. En todo caso será cuestión de prisas, de tiempos, de detalles. Europa debe volver a edificarse.
Pero cambiar no supone modificar nuestra ruta hacia mejor. Ese “mejor” es de los que llevan la pregunta dentro de la respuesta. ¿Mejor para quién?
Europa tiene ya varios problemas muy importantes que debe gestionar o dejar que se nos coman como proyecto. El terrorismo cercano y el interior junto a las guerras que se mantienen sobre el Mediterráneo. La inmigración imparable. La crisis económica. La diversidad social y económica entre países. Su tamaño y sus fronteras que deben en algún momento ser definitivas. El TTIP. Una cultura y educación (casi) inexistente como Europa Unida. El reparto del trabajo. El engranaje entre la Europa del Norte con la del Sur, la del Este con la Atlántica, la rica con la pobre, la nacionalista con la proeuropea, la católica con la protestante por sus diferentes maneras de ser ante la vida.
Lo importante para Europa es septiembre, no es hoy. Incluso lo es enero del 2017 según el color de los EEUU. Lo importante para Europa es levantar el sentimiento europeo o hundirlo con todas sus consecuencias. Estar pero no estar, ser pero no saber defender, es un gran error. O somos europeos o no somos europeos. El término medio se acabó.