La arquitectura en los tiempos actuales está basada en el asombro. Y asombroso tiene que ser atravesar el macizo de San Gotardo, en los Alpes Suizos, fulminando la distancia entre Zúrich y Milán a través de un túnel de 57 Km de longitud que junto a otros más pequeños y galerías hacen un total de 151 kms. Toda una obra de ingeniería que impresiona más si se piensa que se perforó a 2.300 metros de profundidad en el macizo rocoso de mayor altura de Europa.
Aquí, en Aragón, estamos esperando algo más modesto, como es la rehabilitación de una parte del paso transpirenaico lleva esperando décadas. Paso de mercancías y viajeros que antaño atravesaban nuestra cordillera y hoy sin uso, han hecho que los servicios entre Aquitania y Aragón y por ende la estación de Canfranc cayeran en un total olvido.
La travesía ferroviaria por nuestro Pirineo sigue cerrada desde los años 70 del anteriorsiglo. Se derrumbó el puente francés de L‘Estanquet y, desde entonces, no ha habido forma de que los gobiernos francés y español quisieran volverlo a abrir. Esperemos que el paso dado ahora por el Gobierno de Aragón para rehabilitar la estación de Canfranc saque del olvido el túnel. Reabrir algo tan insignificante respecto al de los Alpes no puede esperar otras décadas.
Esperemos que el interés y las buenas relaciones entre los gobiernos de Aquitania y Aragón a través de sus presidentes y la implicación del consejero de Vertebración del Territorio Jose Luis Soro, nos hagan ver la luz al final del túnel y nunca mejor dicho, y sea una realidad la reapertura en el 2020 donde Pau y Zaragoza se den la mano. En este estado insolidario me cuesta creer que el Somport, en territorio vecino no hubiera permanecido medio siglo abandonado.
Solidaridad no es dar lo que sobra, es dar lo que falta.
Daniel Gallardo Marin