Los Presupuestos en Aragón y Zaragoza son imprescindibles para la buena marcha de la sociedad de los aragoneses. Lo sabemos, lo hemos dicho de todas las formas posibles, y seguimos atascados en el tacticismo y la mezcla de fichas en el tablero. Así vamos hacia el abismo de lo desconocido. ¿Se puede estar hasta 2019 con unos presupuestos prorrogable durantes tres años? Pues NO.
¿Y qué falla? Pues las ganas de llegar a unos acuerdos mínimos, a ceder, a entenderse, a admitir que quien manda no tiene mayoría y quien puede ayudarles tampoco. Tan solo con la suma de todos se puede lograr el objetivo, pero parece que sumar es imposible.
Las diferencias son menores, o lo que sería igual, son tácticas, son asumibles…, excepto que no se quiera ceder poder y tonterías. La incapacidad del actual Alcalde es triste, pero no por el cargo ni por la persona, sino por las zancadillas que tiene que soportar. La mayoría desde su propio equipo de gobierno. Todavía no se ha admitido por parte de algunos segundones, que son eso, segundones, aunque ellos crean que los votos les debieron configurar como “primerones”.
Los tiempos corren muy rápido, las reuniones no pueden ser eternas, no se pueden estar repitiendo cada dos días pues pierden sentido, y esperar a Vistalegre parece lo único que nos queda como esperanza. Madrid volverá a mandar en Zaragoza y Aragón. Así lo decidimos todxs nosotrxs, y así será. Tras Vistalegre y según los resultados, veremos cómo se posicionan las piezas.