Vivimos en las ciudades diseñadas y planificadas por personas que ya no pueden disfrutar de ellas. Por eso mismo tenemos la obligación, con crisis económica o sin ella, de seguir planificando el futuro de nuestras ciudades. No podemos comportarnos como si todo se hubiera parado definitivamente, pues además de ser incierto, todo tienda a transformarse, incluso aunque no queramos transformarlo.
Precisamente en tiempos sin recursos económicos para obras, es cuando más recursos de los de poco coste, deberíamos haber dedicado a planificar. Pensar las ciudades, analizar sus problemas y darles volúmenes de solución deberían haber sido tareas planificadas en estos ocho años de parón en inversiones. Además de para tener todo planteado, como para trasmitir actividad a la sociedad.
Se puede decir que es imposible planificar desde el freno, y es un enorme error que no se sustenta. La Sagrada Familia se planificó junto a sus barrios aledaños hace un siglo. Arcosur en Zaragoza se planificó en pleno boom económico. Dos ejemplos contrarios de que el momento del presente no convierte en positivo o negativo el resultado futuro.
Constantemente hay que estar planificando. Más cuando hay tiempo de calma. Pensemos en Zaragoza. ¿No hubiera sido buen momento para planificar la peatonalización de calles del centro como D. Jaime? ¿Y para crear y definir el nuevo Proyecto de Movilidad urbana que nunca se hace? ¿El diseño definitivo de toda la red del tranvía, sea solo de una, dos o seis líneas? ¿O para redefinir definitivamente qué queremos decir cuando hablamos de Orla Este, y si somos capaces de integrar en ella desde Santa Isabel a Torrero? ¿No hubiera sido tiempo de aprovechar las grandes obras de la Expo o plantearse que hay que tirarlas (con dos agallas) si van a seguir envejeciendo vacías y con un coste perpetuo para nada? ¿Y definir de quien es en realidad el gran edificio de los Juzgados de Plaza del Pilar y darles usos al menos sobre el papel? Estamos hablando en este caso de un edificio principal en el diseño del centro de Zaragoza, junto al Ayuntamiento ¿? y al que cada día es más y otra vez como hace 2.000 años, el punto céntrico de la ciudad que vuelve lentamente a mirar al Ebro.
Planificar y diseñar es gastarse recursos en poner sobre el papl ideas, pros y contras, estudiar y consultar, crear ideas y darles viabilidad.