Tras muchos
meses de espera, el día 23 de diciembre de 2016 se publicó la Orden ECD/1941/2016, de 22 de diciembre, por la
que se determinan las características, el diseño y el contenido de la
evaluación de Bachillerato para el acceso a la Universidad, para el curso
2016/2017.
Las familias
teníamos, por fin, la ansiada norma que iba a definir la prueba que
marcará el acceso de nuestros hijos e
hijas a la universidad. Y con ello, sin ser demagógicos, marcará también su
futuro académico y posiblemente su futuro laboral.
Desde los
Centros llevan intentando transmitirnos calma desde mayo del año pasado, cuando
se tenían que empezar a decidir las matrículas para el curso 16/17. La falta de
información clara nos llevó a realizar las matrículas en bachillerato sin saber
si iba a existir la pruebas de acceso o una reválida, sin conocer las materias
susceptibles de ser evaluadas y sin aclara cuáles de ellas ponderarían para la
nueva PAU. Nuestros hijos fueron los sufridores directos de esta situación.
Durante el
verano y el primer trimestre, fueron apareciendo noticias en prensa, jamás
oficiales, que decían un día que la prueba iba a desaparecer, otro que las
materias iban a ser las mismas, otro que iban a ampliarse. Un verdadero caos
informativo que no ayudaba en nada a tranquilizarnos como familias de alumnado
de Bachillerato.
Desde la
administración educativa (centros, SP, Universidad de Zaragoza, etc.) se nos decía que la prueba no iba a
sufrir grandes cambios, que sería algo transitorio y que EN NINGÚN CASO SE IBA
A PERJUDICAR AL ALUMNADO. Desgraciadamente, tras la Orden ECD/1941/2016 hemos
visto que hay alumnado seriamente perjudicado por la nueva prueba porque ha
visto recortado uno de sus derechos: en el apartado de idiomas, únicamente
puede examinarse de la primera lengua extranjera, en ningún caso de la segunda.
Utilizando el lenguaje adolescente: han cambado las reglas de juego en mitad
del partido.
Como familias
de alumnado de Bachillerato consideramos injusta esta decisión porque no la
comprendemos. Hasta ahora, cualquier alumno de 2º Bachillerato podía elegir el
idioma con el que accedía a la universidad, daba igual que fuera una primera o
una segunda lengua extranjera. Con la nueva orden, ese derecho desaparece y únicamente pueden
presentarse por la opción de la primera lengua extranjera, generalmente el
inglés. Mediante este escrito queremos recordar a la Administración educativa
que nuestros hijos e hijas llevan ya un trimestre cursado en 2º de Bachillerato
y que muchos de ellos habían decidido presentarse a la EFB utilizando su
segunda lengua. A fecha 23 de diciembre nos hemos enterado del cambio normativo
y nos parece una injusticia que condiciona directamente el futuro de nuestros
hijos. No entendemos la medida y no le vemos justificación alguna. El hecho de
mantener la puerta abierta a las segundas lenguas extranjeras no perjudica a
nadie, únicamente favorece a nuestros hijos e hijas.
Nos cansamos de
oír discursos en los que se alaba el conocimiento de los idiomas, pero luego,
en la práctica, esa riqueza no sólo no es apoyada por la administración sino
que es castigada tarde y mal. Sabemos que hay que actuar rápido y que la Orden
des a nivel nacional, pero esperamos que desde la DGA se tenga en cuenta esta
decisión y pueda aportarse alguna solución. Por ello exigimos un verdadero
interés por las lenguas extranjeras, en plural, no sólo por una de ellas y
pedimos que nuestros hijos e hijas no continúen pagando los desacuerdos y la
desidia de las administraciones hacia les leyes educativas.