Centro de Cracovia - ¿A qué plaza de Zaragoza se parece un poco? |
Una ciudad necesita diferenciarse de las
ciudades vecinas, si quiere atraer calidades y servicios. No es solo la ley del
mercado, es la lógica del sentido común, pues no estamos hablando solo de diferenciaciones
económicas sino muchas veces en saber tener su propia personalidad, en atraer a
personas, en ser respetada por ello, en aumentar su calidad de vida para los
ciudadanos de su interior.
Muchas ciudades tienen un adjetivo
calificativo detrás del nombre que les entrega diferenciación. Veamos algunos
ejemplos de los elementos que las diferencia, que les entregan apellido.
Barcelona = Modernidad. Diseño. Mar.
Sevilla = Flamenco. Guadalquivir. Semana
Santa. Feria.
Burgos = Catedral. Gastronomía. Atapuerca
Teruel = Amantes. Torico.
San Sebastián = La Concha. Pinchos.
Córdoba = La Mezquita. Barrio árabe.
Toledo = El Greco. Los judíos.
Valencia = Las Fallas. Paella. Calatrava.
Más complicado es adjetivar de forma rápida
a otras ciudades.
Badajoz = ¿?
Palencia = ¿?
Huesca = ¿? No, no sirve el Pirineo.
Estamos hablando de ciudades.
Castellón = ¿?
Pontevedra = ¿?
Si nos fijamos en la mayoría de estos
casos últimos, veremos que si bien ellas no han logrado vender su atractivo, su
personalidad “icono”, esta ha sido atrapada por ciudades vecinas. Los vecinos se les
han llevado gran parte de su energía. Badajoz está atrapada por Cáceres.
Palencia cayó ante el abrazo de León, Valladolid y Burgos. Huesca es un camino
de paso al Pirineo o la ciudad perdida por Zaragoza. Pontevedra quedó eclipsada
por Vigo u Oviedo por Gijón.
¿Y Zaragoza? Pues considero que Zaragoza
está a medio camino en destacar, muy insuficiente para su tamaño. Zaragoza de
alguna forma se ha dedicado por dejadez a ser el imán de Aragón, a atrapar a
aragoneses sin preocuparse de los zaragozanos que perdía hacia otras ciudades
vecinas. Parecían compensar las cifras demográficas, pero a costa de Aragón.
Zaragoza siempre se ha conformado con poco y con dejarse llevar. ¿Pero tiene
icono?
Zaragoza = Goya. Ebro. El Pilar. Los
Sitios. Arte. Ciudad universitaria. Expo. Semana Santa. Religión. Ciudad romana.
Ciudad de las 3 Culturas. Historia. Ciudad de los 3 ríos. Ciudad verde. Ciudad
Desierto o Estepa. Ciudad Gastronómica. Ciudad folclore. Ciudad música. El
Agua. Cine. Artes Gráficas. Congresos. Innovación. Ciudad científica. Ciudad
comercial.
De todos estos adjetivos hay que elegir. Para
a continuación de elegir, ponerse a trabajar mucho más en serio. No sirve
pensar en todos los adjetivos, no sirve en tener todos a medio gas. No sirve diversificar
sin poner todo el empeño en hacerlos icono de primera calidad. Como en todo
tipo de empresas, hay que pensar en grande e ir adaptando las acciones según
nuestro músculo social, sin engañarnos, pero sin cansarnos.
Es cierto que algunos de estos adjetivos
son complejos de admitir por toda la sociedad. ¿Y? Se trata de edificar energía
que atrape, que venda, que cree sinergias que sirvan para los ciudadanos; si no
de forma directa, si de indirecta. Una ciudad con energía propia atrae a otros
tipos de energías complementarias.
Veamos el ejemplo de una ciudad de tamaño
parecido a Zaragoza (sin contar su área metropolitana) y en un país parecido a
España. Cracovia en Polonia.
1/ Ha sabido cuidar su centro histórico
con mimo.
2/ Su potencial universitario es altísimo
con 23 universidades o escuelas y colegios técnicos.
3/ Tiene
28 museos lo que le confiera un capital cultural impresionante para el
turismo.
4/ Su aeropuerto mueve unos 70 vuelos al
día.
5/ Mueve un gran volumen de turismo
religioso, histórico y artístico, en una mezcla curiosa, pero muy copiable.
Zaragoza está a medio camino de las tres o
cuatro variables de Cracovia. Ciudad religiosa. Ciudad universitaria. Ciudad
artística. Ciudad histórica. “Pilar,
Universidad, Goya, las 3 Culturas”. Pero
estos cuatro pilares de Zaragoza los tenemos bocetados, en algunos casos casi
terminados de dibujar y en otros abandonados en un cajón de despacho. Se nos
olvida el Ebro, que por cierto en Cracovia también le saben sacar jugo y sabor
a costa de su Vístula.