Una ola de indignación recorre Europa y lo que llamamos
“civilización occidental”. No se entiende lo ocurrido en París, cuando unos
yihadistas asesinan a sangre fría para “vengar al Profeta”, en un terrorífico
ataque a la libertad de expresión contra un medio satírico. Defendemos la
libertad de expresión y el derecho a la crítica y a la sátira. Y … “todos somos Charlie Hebdo”. Pero…¿siempre? ¿o solo si se satirizan los
símbolos “de otros”? ¿somos igual de tolerantes ante cualquier crítica hacia
cualquier símbolo o institución?
Pensemos: ¿qué pasaría en Aragón si un medio satirizara la
Virgen del Pilar?
Evidentemente, no creo que hubiera acción terrorista alguna, en
ningún caso y bajo ningún concepto encuentro la menor justificación a la
violencia, no establezco paralelismos, ni minusvaloro el peligro yihadista en
Europa. Solo me planteo si la civilización occidental es igual de tolerante
siempre, en todo caso y lugar con la sátira,
la crítica o, incluso, una opinión no acorde con su religión mayoritaria
o sus instituciones.
Recordemos la reacción de la Iglesia Católica ante películas
como “La mala educación” (2004), la reacción del Opus Dei ante la película
“Camino” (2008).
Recordemos que cuando se estrenó la película “Agora” (2009) ganadora
de varios premios “Goya” y, quizá una de las mejores películas de la Historia
del cine del Estado Español, que narra —de forma deliciosa, aunque con algunas licencias
históricas— los últimos días de la filósofa y astrónoma Hipatia de Alejandría,
que fue descuartizada e incinerada por los seguidores del Santo Cirilo de
Alejandría en 415 d.C., ésta tuvo problemas de distribución en EEUU e Italia
por su… “promover el odio a los cristianos” en palabras del Observatorio
Antidifamación Religiosa.
Recordemos que en el Estado Español un juez de la Audiencia
Nacional, a petición de la Fiscalía General del Estado, prohibió la difusión y
ordenó en 2007 retirar de los quioscos una revista satírica (“El Jueves”) por
incluir en su portada una caricatura de los entonces Príncipes de Asturias,
Felipe Borbón y Letizia Ortíz.
Recordemos que en junio del año pasado, algunos de los
principales dibujantes de la misma revista dimitieron después de que la empresa
editora decidiera la retirada de una portada que mostraba una caricatura del
Jefe del Estado y su hijo con motivo de la abdicación del primero.
Satiricemos a los demás, pero aprendamos a satirizarnos
a nosotros mismos.
Jorge Marqueta