He planteado en la anterior entrada una pintura
teórica de Zaragoza con cinco pinceladas “barrios
emblema”, en cinco
zonas diferentes y que deben ser trazos —o ya lo son— de una ciudad de futuro,
pero que hay que mimar, potenciar, mostrar y recrear hasta convertirlos en
elementos icónicos de esa Zaragoza de futuro para dentro de dos décadas.
El Barrio 1 como zona histórica lo
tenemos todos claro, es el trazado de la Zaragoza romana, perfectamente
conservado casi en su totalidad y a la que hay que dotar de más elementos
reconocibles a nivel histórico. Barrio 1 que se debería ampliar con una
extensión hacia las afueras para abrazar y dar a conocer mucho mejor la
Zaragoza árabe, la Zaragoza judía y la Zaragoza de Los Sitios. Tenemos todo lo
necesario, casi lo tenemos formado, pero nos falta creérnoslo y a partir de
aquí potenciarlo, enseñarlo, hacer pedagogía de lo que supuso y de lo que es. No
se trata de convertir en parques temáticos los barrios, pero parecido. El
modernismo catalán —por poner un solo ejemplo— se viste de elementos urbanos
públicos, bancos, farolas o decoración en las calles, que envuelven todo el sentido
de los barrios donde se asientan los edificios que forman el icono. Nada más
entrar en la zona que interesa resaltar, el visitante ya se da cuenta de que
está inmerso en una zona “distinta” de la ciudad, por algún motivo.
El Barrio 2, el barrio artístico, también
lo tenemos ya creado en dos zonas diferenciadas que hay que dotar de algún hilo
conductor. Por una parte la Plaza de Los Sitios con dos edificios que deberían
ser emblema de Goya y del Arte aragonés. En algún momento las secciones de
arqueología del Museo Provincial se deberían trasladar a otro edificio más
lógico y dejar tanto la Escuela de Artes como el actual edificio del Museo
Provincial como elementos unidos para mostrar a Goya y a artistas aragoneses en
una colección permanente que se debería unir conceptualmente con el Museo Pablo
Serrano y la Colección Circa, dotando a todo el conjunto de un aglutinante que
cree sinergias entre edificios. A esta línea teórica de ARTE se deberían unir
el edificio de la CaixaForum y el Museo Pablo Gargallo, más un uso artístico
del edificio Fuenclara.
El Barrio 3, el barrio de los Congresos,
es sin duda un barrio terminado; toda la zona Expo con su Palacio de Congresos
y sus zonas verdes aledañas al Ebro. Este conjunto tiene en la actualidad
cuatros grandes edificios sin encajar en el conjunto de barrio Congresos. Son
el Pabellón Puente, la Torre del Agua, el Pabellón Aragón y el Pabellón España.
En los cuatro hay que buscar un uso moderno y rompedor, fijados todos ellos a
un proyecto diferente pero que engrane entre todos, para crear una línea que
los una pero que a la vez les otorgue personalidad propia pues son edificios
muy distintos a los que hay que complementar de alguna manera. Un “concurso de ideas” es
una herramienta válida si antes diseñamos lo que se pretende lograr, pues si no
creamos antes un hilo conductor será un error dejar a distintos albedríos que
se creen contenidos en los edificios sin una meta clara de conjunto.
El Barrio 4, el tecnológico, se construyó
como idea alrededor de la Estación Delicias y de ella nació Etopía. Dibujar una
línea de innovación que sea capaz de unir la zona Expo con toda esta nueva
Zaragoza alrededor de Delicias es un acierto, aprovechando además desde el
restaurado edificio del antiguo Mercado de Pescados hasta la zona de la Aljafería.
Aquí hay que crear más viveros de empresa, más soluciones de futuro, más
innovación, más Universidad y empresas en matrimonio puntual de cara a lograr
un caldo de cultivo económico y tecnológico que sitúe a Zaragoza en un punto
más alto.
Nos queda para terminar un Barrio 5 que
llamaríamos verde. Podríamos pensar en el Parque Luis Buñuel o en el Parque
José Antonio Labordeta, todo o en su zona de Cabezo o Pinares de Venecia. En
todos los casos hay que trabajar bastante para adaptarlo a lo que se entiende
como zona icono que sea capaz de llamar la atención de turistas, zaragozanos o
gentes de disfrutar con la calma y la tranquilidad. Tenemos ejemplos para
copiar en España y Europa; hay que trabajar el cuidado y los servicios, la
sensación de naturaleza y no de parque artificial, la construcción de los
complementos que atrapen a los visitantes, sin olvidar que debe ser un lugar tranquilo
para escuchar el silencio, como ya se están realizando trabajos así en Europa
en zonas alejadas de los centros urbanos pero a las que se puede acudir por su
poca distancia con transporte urbano. No se trata de crear “todo” en un solo
espacio verde, que es lo que se ha realizado en el actual Parque Luis Buñuel,
sino de crean ambientes diferentes pero con un claro hilo conductor.