25.1.15

Malos tiempos para las críticas políticas pero sin perder la esperanza

Iba a empezar estas líneas con un tono serio, pero no puedo en una mañana en la que la esperanza puede hacerse realidad en un país hermano, Grecia, en el que sus ciudadanas y ciudadanos están sufriendo como nosotros las políticas ultraliberales y esclavizadoras de los organismos internacionales, cómplices de los grandes poderes económicos mundiales.

Ayer, tuve la paciencia de presenciar una entrevista en una cadena de televisión, en la que el ¿futuro? líder de la izquierda española fue patético o a mí al menos me lo pareció.  Si se le hubiera distorsionado la voz y la imagen  y no se hubiera dicho quien era, parecía uno más de esa casta que a él tanto le gusta denostar.

Todo eran excusas, medias palabras, lugares comunes, eso si, con seguridad engolada y sonrisa forzada; cambios de posiciones, donde dije digo, digo diego, etc, etc… Si eso lo hubiera hecho un dirigente de cualquier otro partido político, apagamos la televisión o nos pasamos a ver la película de la semana. Quizás el personaje mediático creado por el poder de un gran grupo económico y de comunicación, ya cuenta con que eso de momento no le va a pasar, pero, ¡ahí amigo!, igual que te encumbran, te pueden enterrar vivo.  Mientras les sirvas para destrozar a la actual izquierda desorientada, te mantendrán, pero cuando te aúpes demasiado, te apagarán.  El tiempo.  A los poderes reales, solo les interesan los medios para conseguir sus propósitos y lo suelen conseguir.


Ante las informaciones y preguntas de los asistentes sobre las andanzas de sus camaradas, más o menos interesadas, su defensa fue que los demás la hacen más grande, si bien, el Sr. Iglesias Turrión, debería tener en cuenta que cuando se enarbola un discurso de limpieza, higiene y pureza total, hay que ser consecuente con el mismo. Ser honesto en política, tiene un plus añadido y lo que no es ilegal, no quiere decir que sea éticamente asumible. Por menos se pide la dimisión diaria de decenas de políticos que, como ellos, por supuesto  tampoco la ejercen.

Mención aparte podríamos hacer del conciliábulo en mesa camilla y con buenas viandas, servidas seguramente por un resignado mayordomo (no veo yo al Sr. Bono levantándose a por ese tenedor que falta), que mantuvo semanas atrás con lo peor de la casta nacionalcatólica española, pero eso daría para otro artículo con sus ramificaciones e intrigas palaciegas incluidas.

El Sr. Iglesias Turrión, como los de la casta, cuando se les plantean cuestiones incómodas, todo lo achaca a la confabulación judeo masónica de las hordas "castistas", argumentación, por cierto, nada nueva, y ya utilizada abundantemente en la historia.

Hubiera sido bueno que un partido a nivel del Estado, limpio, diferente, radicalmente democrático, hubiera surgido para contrarrestar a la inmundicia del PP y a la traición del PSOE hacia los suyos, hace falta, pero nos estamos encontrando con modernos carroñeros, hasta en la estética,  que rebuscan en lo más florido de los demás, sin rubor alguno, también en sus miserias, cuando no en nuevos personajes ávidos de cargo, "empoderados", ellos sí, por su ciudadanía virtual.

Solo hay que ver lo que está sucediendo en Aragón y no los designaré con nombres y apellidos, pues los que llevamos unos pocos años en la brecha, vemos ahora como los rebotados de todo (o los que siempre han querido ser ellos los protagonistas), ahora se suben al carro vencedor.  Algunos de ellos conocen muy bien lo que es ir buscando acomodo de silla en silla.

Y por otro lado, también se integran de gente nueva, joven y no tan joven,  que jamás se les ha visto trabajar por su barrio, que jamás ha estado en los tajos de las fábricas, jamás en movimientos sociales, sindicales,  jamás dando la cara dónde existía un problema social, y eso no sería malo en sí mismo, ¡bienvenidos a la lucha!, pero, de buenas a primeras, en vez de confluir aprovechando la experiencia de las nobles gentes de la izquierda de esta tierra (que hay muchas), desprecian a todos y a todo lo existente y presumen que la vida empieza con ellos (tampoco son todos, por supuesto).

Qué triste espectáculo, aunque quizás la derecha más rancia y caciquil aragonesa tenga suerte, se frote las manos y estos nuevos advenedizos, trepas y despectivos con los luchadores que han trabajado duro para que ellos lleguen a donde están,  les permitan seguir destruyendo lo construido por todas las ciudadanas y ciudadanos en su lucha diaria, total, les da igual, pues ni son de derechas, ni de izquierdas y ya sabemos los más viejos lo que eso significa…

No quiero dejar estas reflexiones sin atribuir expresamente la parte de responsabilidad que les corresponde a los actuales partidos de la izquierda aragonesa que, no han sabido o no han podido ilusionar a la ciudadanía, ni sus dirigentes han llegado a ver a tiempo, ocupados en sus labores, el cambio que lleva unos años avecinándose. A su favor hay que decir que, contrarrestar a los grandes medios de comunicación es casi un imposible y eso es una pequeña eximente para dichos grupos políticos.

Muy a mi pesar he acabado serio, triste, será el cierzo de esta Zaragoza nuestra,  que nos “aventa” el pensamiento…

Desde la izquierda consciente y aragonesista, ¡mucha mierda! para el pueblo hermano griego.

Antonio Angulo Borque