Iba a empezar estas líneas con un
tono serio, pero no puedo en una mañana en la que la esperanza puede hacerse realidad en un país hermano, Grecia, en
el que sus ciudadanas y ciudadanos están sufriendo como nosotros las políticas ultraliberales
y esclavizadoras de los organismos internacionales, cómplices de los grandes
poderes económicos mundiales.
Ayer, tuve la paciencia de
presenciar una entrevista en una cadena de televisión, en la que el ¿futuro? líder de la izquierda española
fue patético o a mí al menos me lo pareció.
Si se le hubiera distorsionado la voz y la imagen y no se hubiera dicho quien era, parecía uno
más de esa casta que a él tanto le gusta denostar.
Todo eran excusas, medias
palabras, lugares comunes, eso si, con seguridad
engolada y sonrisa forzada; cambios de posiciones, donde dije digo, digo
diego, etc, etc… Si eso lo hubiera hecho un dirigente de cualquier otro partido
político, apagamos la televisión o nos pasamos a ver la película de la semana.
Quizás el personaje mediático creado por
el poder de un gran grupo económico y de comunicación, ya cuenta con que eso
de momento no le va a pasar, pero, ¡ahí amigo!, igual que te encumbran, te
pueden enterrar vivo. Mientras les sirvas para destrozar a la actual
izquierda desorientada, te mantendrán, pero cuando te aúpes demasiado, te
apagarán. El tiempo. A los poderes reales, solo les interesan los
medios para conseguir sus propósitos y lo suelen conseguir.
Ante las informaciones y
preguntas de los asistentes sobre las andanzas de sus camaradas, más o menos
interesadas, su defensa fue que los demás la hacen más grande, si bien, el Sr. Iglesias Turrión, debería tener en
cuenta que cuando se enarbola un discurso de limpieza, higiene y pureza total,
hay que ser consecuente con el mismo. Ser
honesto en política, tiene un plus añadido y lo que no es ilegal, no quiere
decir que sea éticamente asumible. Por menos se pide la dimisión diaria de
decenas de políticos que, como ellos, por supuesto tampoco la ejercen.
Mención aparte podríamos hacer
del conciliábulo en mesa camilla y con buenas viandas, servidas seguramente por
un resignado mayordomo (no veo yo al Sr.
Bono levantándose a por ese tenedor que falta), que mantuvo semanas atrás con
lo peor de la casta nacionalcatólica española, pero eso daría para otro
artículo con sus ramificaciones e intrigas palaciegas incluidas.
El Sr. Iglesias Turrión, como los
de la casta, cuando se les plantean cuestiones incómodas, todo lo achaca a la confabulación judeo masónica de las hordas "castistas",
argumentación, por cierto, nada nueva, y ya utilizada abundantemente en la
historia.
Hubiera sido bueno que un partido
a nivel del Estado, limpio, diferente, radicalmente democrático, hubiera
surgido para contrarrestar a la inmundicia
del PP y a la traición del PSOE hacia los suyos, hace falta, pero nos
estamos encontrando con modernos carroñeros, hasta en la estética, que rebuscan en lo más florido de los demás,
sin rubor alguno, también en sus miserias, cuando no en nuevos personajes
ávidos de cargo, "empoderados",
ellos sí, por su ciudadanía virtual.
Solo hay que ver lo que está
sucediendo en Aragón y no los designaré
con nombres y apellidos, pues los que llevamos unos pocos años en la brecha,
vemos ahora como los rebotados de todo
(o los que siempre han querido ser ellos los protagonistas), ahora se suben
al carro vencedor. Algunos de ellos
conocen muy bien lo que es ir buscando acomodo de silla en silla.
Y por otro lado, también se integran de gente nueva, joven y
no tan joven, que jamás se les ha visto
trabajar por su barrio, que jamás ha estado en los tajos de las fábricas, jamás
en movimientos sociales, sindicales, jamás
dando la cara dónde existía un problema social, y eso no sería malo en sí
mismo, ¡bienvenidos a la lucha!, pero, de buenas a primeras, en vez de
confluir aprovechando la experiencia de las nobles gentes de la izquierda de
esta tierra (que hay muchas), desprecian
a todos y a todo lo existente y presumen que la vida empieza con ellos
(tampoco son todos, por supuesto).
Qué triste espectáculo, aunque
quizás la derecha más rancia y caciquil
aragonesa tenga suerte, se frote las manos y estos nuevos
advenedizos, trepas y despectivos con los luchadores que han trabajado duro
para que ellos lleguen a donde están,
les permitan seguir destruyendo lo construido por todas las ciudadanas y
ciudadanos en su lucha diaria, total, les da igual, pues ni son de derechas, ni de izquierdas y ya sabemos los más viejos
lo que eso significa…
No quiero dejar estas reflexiones
sin atribuir expresamente la parte de
responsabilidad que les corresponde a los actuales partidos de la izquierda
aragonesa que, no han sabido o no han podido ilusionar a la ciudadanía, ni sus
dirigentes han llegado a ver a tiempo, ocupados en sus labores, el cambio que lleva
unos años avecinándose. A su favor hay que decir que, contrarrestar a los
grandes medios de comunicación es casi un imposible y eso es una pequeña eximente para dichos grupos
políticos.
Muy a mi pesar he acabado serio,
triste, será el cierzo de esta Zaragoza
nuestra, que nos “aventa” el
pensamiento…
Desde la izquierda consciente y
aragonesista, ¡mucha mierda! para el
pueblo hermano griego.
Antonio Angulo Borque