Es tiempo de reflexión, de constante
reflexión pues hay cambios en la puerta esperando entrar. Es tiempo de
recambios, sin saber qué es lo que viene, qué ha llamado a la escotilla por el
que necesitamos sobre todo que entre aire. Esta semana han votado en Aragón los
propios simpatizantes de Podemos a sus dirigentes. Curiosamente entre ellos,
entre los inscritos para votarse, no acudieron a votar incluso después de
haberse apuntado.
En la ciudad de Zaragoza acudió el 33,6% de los inscritos para elegir entre 49 posibilidades. No se puede decir que
fueran pues unas elecciones ya decididas. Pero la gente está agotada, incluso
los que parecen no estarlo.
En toda mesa revuelta hay “listillos” del poder
que juegan a seguir anclados, a jugar con los cubiletes que dan beneficios, a
intentar aparentar que son al final los salvadores de todo lo que se juega sobre
la mesa. Saben sonreír y poner buena cara, son peligrosos pues saben jugar muy
bien a los cubiletes que engañan la vista.
Son tiempos también de control, de restringir
libertades individuales, de saber por parte del de los cubiletes qué soy, quien
soy, qué quiero hacer con mi vida. La seguridad es una herramienta que incita a
controlar y restar. El miedo es la herramienta del pasado, que nunca pasa.