23.1.15

Políticas municipalistas en los diseños de las ciudades (08) Crecimiento planificado

Modulos escolares de diferentes calidades
A raíz de las malas decisiones de la DGA con la planificación educativa de los alumnos que deben ir a institutos, vuelven a surgir por las redes sociales críticas a la mala planificación urbana de Zaragoza en las dos anteriores décadas, pero que es extensible a cualquier ciudad grande.
  
Es cierto que antes de hacer crecer las ciudades hay que planificar muy bien todo lo que esto supone, y nunca actuar con régimen de urgencia o de necesidad, ni incluso cayendo en la trampa de tener que actuar allá donde realmente se puede por condicionantes económicas o de oportunidad. 

Zaragoza es un claro ejemplo de esto último, que tuvo que inventarse Valdespartera y Arcosur para evitar un abuso excesivo en el precio de la vivienda en tiempos de auténtica burbuja urbanística manipulada, poniendo en el mercado pastillas de terrenos urbanos baratas para poder acoger los nuevos crecimientos de población con garantías de sujetar los abusos en los precios, dominados estos por muy pocas familias.

La realidad es que si aquellos estudios de crecimiento fallan, en este caso por una crisis brutal, y la ciudad no crece lo planificado, nos encontramos con dos problemas.
A/ Zonas urbanas nuevas imposibles de desarrollar en condiciones.
B/ Un vaciamiento progresivo y peligroso de ciertas zonas viejas de la ciudad y una paralización del desarrollo en otras zonas de las ciudades, más oportunas y baratas de desarrollar para la propia ciudad, que tienen que competir en desigualdad de condiciones con las nuevas zonas de la ciudad ampliada.

Un barrio siempre va evolucionando en la misma medida en que va evolucionando la edad de sus habitantes. Van cambiando las necesidades, los consumos, el diseño, el pulso vital de la calle, los gritos de los vecinos reclamando unas u otras necesidades. Todos los barrios deben tener diseñados estos ciclos de recambio generacional. Deben tener espacios que permitan el esponjamiento del crecimiento nuevo que sea recambio del que desaparece.

Si un barrio se crea todo a la vez, esto es muy complejo de lograr. A los tres años de meter 10.000 personas en un barrio nuevo, gente joven en general, se suelen necesitar unos 2.500 plazas escolares entre los nacidos y los niños  que traen los nuevos habitantes dentro de todos los componentes familiares. A los 20 años de haberse creado el nuevo barrio habría que cerrar la mitad de los colegios creados, pues ha decaído brutalmente la necesidades educativas, pero en cambio han ido creciendo las sanitarias y deportivas. Esto es inevitable y debe ser diseñado en toda planificación urbana.

No es sencillo crear instalaciones educativas de calidad que sean trasformadas según sus necesidades aunque sin duda se está estudiando este asunto en muchas ciudades. Todo depende una vez más del método de planificación y de intervención con calidad sobre los problemas que afectan a las personas. También en módulos educativos hay muchas diferencias de calidad, tanto en su exterior como en su interior. Todo es susceptible de hacer bien, incluso de hacerse muy mal. Depende de quien está al cargo de las decisiones.