O los comensales no quedaron contentos o el vino era de mala calidad (seguro que no era vino aragonés).
La comida organizada por Rajoy con los barones autonómicos a un almuerzo dentro de la convención celebrada estos días, no resultó tan plácida como se debía de esperar. Tan poco era para terminar cantando de "Santurce a Bilbao", efectivamente, pero sí que se ha echado de menos la complicidad que requiere toda reunión organizada para cerrar filas.
La sombra de un Bárcenas parlanchín y un Aznar rebotado con su delfín (fue su gracioso dedo el que nos puso a Rajoy), restaron brillo al discurso optimista del presidente. El peloteo de los barones populares afines a Rajoy en su respaldo sin límites, no fue suficiente para paliar la falta de apoyo del ex presidente que echó en cara la falta de rumbo de su partido. "¿Dónde está el PP? ¿Realmente aspira a ganar las elecciones?; Algunos dan por amortizado al PP" preguntas que lanzó Aznar y que se quedaron sin respuesta en público.
Solo se dejaron oír en lugares comunes, como la frase de González Pons cuando dejó caer que quieren "un presidente de centro sensato y honesto". Pero en el PP una cosa es lo que quieran y otra la realidad, ya que buen número de miembros del PP y colaboradores directos del Presidente Mariano Rajoy están imputados o en la cárcel.
La situación de los populares ha cambiado. Las encuestas le vaticinan una fuerte caída de votos ganada a pulso, donde han penalizado al que menos tiene, intentando levantar una economía que empezaron a hundir ellos cuando permitieron el boom del ladrillo, algo al que no hicieron ascos el PSOE ni quisieron arreglar.
Pero la guinda la puso en Aragón la presidenta Rudi al pedir al ministro Montoro, una compensación por no haberse aplicado en Aragón ni el impuesto de hidrocarburos, ni el céntimo sanitario. Me temo que los tontos siempre somos los mismos y más si la petición al ministro por parte de doña Luisa solo se hace de boquilla.
Daniel Gallardo Marin