La idea política actual lleva hacia la
participación ciudadana la toma de decisiones complejas, lo que las convierte
inevitablemente en asuntos más complejos todavía pero desechos de su
complejidad. E intentaré explicarlo. Es imposible y además no deseable someter
a la opinión pública cualquier asunto, si antes no se ha realizado una
pedagogía suficiente. Todas las personas tenemos una idea concebida sobre la
inmensa mayoría de los asuntos urbanos. Pero muchas veces esas ideas están
plagadas de desinformaciones por que así ha interesado a muchos.
Llevar a la opinión pública un problema
para que decida y elija es bueno si antes se dota al problema de todas las
variables posibles y de la información más que suficiente. Pongamos un ejemplo,
aunque hace unos meses tuvimos en Zaragoza uno muy claro con la peatonalización
de la calle D. Jaime. Y no quiero vender ninguna moto, sino que he elegido un
ejemplo de lo más tonto y de lo más fácilmente criticable.
Necesitamos
construir un nuevo campo municipal de fútbol que costará unos 200 millones. Y
vamos a preguntar a los ciudadanos de Zaragoza qué opinan.
Sin duda al menos el 85% de los
encuestados ante tal anuncio dirán que NO. No es el momento, sería una deuda
inasumible, sería un activo para una empresa privada que usarían una media de
25 tardes al año, etc.
Pero si a la presentación de la idea y no
del proyecto —pues un proyecto ya cuesta unos dineros altos y requieren un
proceso participativo donde se vician las ideas— se dice que se alquilaría a un
equipo de fútbol que pagaría parte de la inversión, que en sus bajos irían
decenas de equipamientos para la ciudad que también pagarían su parte de la
obra, que se instalaría un gran gimnasio municipal de altas prestaciones
abierto a la ciudad, que junto al campo de deporte se abriría una escuela
deportiva donde podrían estudiar y practicar Ciencias del Deporte, que en un
lateral habría un hospital especialista en medicina deportiva que también
sufragaría parte de la inversión, que toda la gran inversión estaría rodeada de
un inmenso parque botánico, que estaría construido en el Barrio San José con
afecciones positivas para Torrero, Las Fuentes, etc. y que bla bla bla; pues
igual la cosa podría cambiar, si se sabe explicar. Es decir, sin que suenen
palabras de engaños alrededor de la idea. Informar no es vender la idea.
Volviendo al asunto de la participación
de los ciudadanos en las tomas de todas las decisiones de una gran ciudad, hay
que pensar que no es la panacea democrática, pues existe cierta tendencia desde
los que organizan la participación, para controlar la participación sin que se
note. Y aunque parezca complejo es muy sencillo y se hace, sin que se note en
apariencia a la primera mirada.
Para participar hay que tener información
del “todo”, no solo de aquello que predispone a tomar una sola decisión.
Para eso el debate es imprescindible. Pero curiosamente el debate suele
sujetarse desde los medios de comunicación, que son los que normalmente ya
tienen unos intereses determinados en cada asunto a debatir. No es casualidad
que los grandes grupos económicos se dediquen a compran casi sin ser vistos,
los grandes o medianos grupos de comunicación. Ni es casualidad ni es gratuito
para sus intereses de grupo.
Julio M. Puente Mateo