El Ayuntamiento de Zaragoza, por fin, parece capaz de tomar al Cabezo Cortado e intentar ponerlo en más valor, como un lugar privilegiado, para crear una zona de disfrute de Zaragoza, alta, con excelentes vistas, sana, tranquila.
No estaríamos inventando nada, pues hay que recordar en en los años 60 y 70 del anterior siglo, en esta zona, se llenaba los fines de semana de cientos de familias que se reunían allí a cenar y a pasar las tardes desde la primavera al otoño, cuando no se podía viajar tanto.
Admitimos que desde antes de 2008 es un proyecto necesario, reivindicado y admitido como posible con un presupuesto de 4 millones. Del que se dice no hay economía para lograr mejorar Zaragoza. Es fácil decir que los 5 millones de Presupuestos Participativos van a terminar en pequeñas inversiones que en muchos casos debería hacer el Gobierno de Aragón.
Pero a veces nos equivocamos una vez y cien más. No era tan complicado tomar decisiones.