7.2.17

Zaragoza a oscuras. Pero sólo por la noche

Estos días atrás me encontré en Zaragoza con una retención en la Z-40 en su Ronda Sur. Un múltiple accidente fue el causante, afortunadamente sin desgracias personales y eso me alivió. Esperando a que se despejara la carretera pensaba que conducimos a veces sin precaución, de manera inapropiada, sin el debido cuidado ni atención necesaria.

Observando el entorno en ese kilométrico atasco, comprobé que sigue sin alumbrado, otro condicionante que aumenta el peligro de una arteria principal de Zaragoza que enlaza la N-II con la N-232 y la N-330 con un gran Centro Comercial y accesos a la propia ciudad.

Algunos apropiadores de lo ajeno al parecer, fueron los causantes al llevarse parte del cableado de las luminarias, dejando sin servicio a cientos de farolas. En la espera dentro del atasco, me costaba entender que una inversión con un coste de 90 millones de euros permaneciera  a oscuras y sin candil.

Me vino a la memoria que representantes de CHA en Aragón y en el Congreso de los Diputados pedían cuentas sistemáticamente al ministerio para que esa incidencia fuera subsanada.

Mientras terminaban de limpiar la calzada, me dio tiempo a buscar en mi móvil información sobre el tema. La más actual que supe ver, una carta del Defensor del Pueblo de este verano, recomendando a la Dirección General de Carreteras que se repusiera el cable para que la obra pudiese ser entregada al Ayuntamiento y este se hiciera cargo de su mantenimiento.

En su alegato el Ministerio de Fomento ha dicho que la conservación de la vía e iluminación corresponde al consistorio zaragozano. Contestación municipal: la obra terminará cuando  las farolas funcionen…, por lo que no puede ser aceptada. Cuando ya vi que nos daban paso y una vez retirados los vehículos dañados, pude seguir mi camino, eso sí a oscuras y sin saber hasta cuándo.

Daniel Gallardo Marin