Desde que era
muy pequeña, ahora lo sigue siendo, María empezó a jugar al ajedrez en el Club
Jaque de Huesca. Ahora es la esperanza más firme del ajedrez español en varias
décadas.
La niña está recorriendo
el mundo gracias a su pasión y sus cualidades. Imaginamos el esfuerzo enorme de
sus padres hasta que haya cogido las riendas la Federación de Ajedrez estatal.
Todo ello porque fue la master chef de la cosa: campeona de España sub 10.
Recientemente
ha conseguido proclamarse la jugadora española
más joven en conseguir el título oficial de Maestra Femenina de la Federación
Internacional de Ajedrez y se mantiene actualmente como la número dos de
ránking mundial entre las niñas de su edad.
Ya van invitándola a eventos y
partidas de simultánea all over the world.
Nos la imaginamos haciendo el
resto de su vida casi normal en Huesca, paseando por la ciudad o por su entorno
de Guara el resto del tiempo con su familia. Con esa cara de niña muy bien amueblada
que tiene y su mirada profunda y nada cansada. Su sonrisa de paciente pero
amante de la vida reflejan la pasión de Kaspárov.
Aunque su talento habrá brotado,
tenemos que relacionarlo con el éxito anual en convocatoria y difusión del
valle que supone el Open de Ajedrez de Benasque, que va su por su edición nada
menos que 36ª. Presentamos cartel de la siguiente con su feliz imagen, la
naturaleza del valle como reina.
Y que tiene el efecto de dinamizar
el valle, como hace en Tena el festival Pirineos Sur, en un mes de no tanta
afluencia turística. Creando un entorno perfecto para la práctica de esta
respetuosa y compatible con el entorno pasión.
Entre todos los orígenes que se
atribuyen al ajedrez, su consolidación en Persia me parece la variante más poética.
Dado que es la primera literatura que aborda el juego y sus reglas, en el
fascinante poema “Karnamak”.
El juego representa un ejército,
un poco al modo del “Arte de la Guerra” de Sun Tzu, sublimándose con este juego
cortesano enfrentamientos entre adversarios, como actualmente acontece a través
del fútbol o también en la época medieval con las justas.
El juego “chaturanga” –origen de
chess, su acepción inglesa- contenía elefantes por caballos. Animales de uso
corriente en ejércitos indios y persas. El chatrang, después denominado,
arraiga en el imperio bizantino y el Islam, desde el que se transmite. El más
famoso califa abasí de Bagdad, Harún al-Rashid, era un gran aficionado. Seguro
que por ello era un juego muy apreciado en nuestra corte de la Aljafería
después de la liberación irakí y la consolidación omeya en al-Andalus.
Os presento, sin embargo, este
ajedrez medieval de reconquista de la Corona de Aragón, de moros y cristianos
del Reino de Valencia, ya a caballo.
De una época un poco posterior, es este excelente poema del
persi Omar Khayám, residente en
Samarcanda.
Porque esta vida no es,
como probaros espero, más que un difuso tablero de complicado ajedrez.
Los cuadros blancos: los
días, los cuadros negros: las noches
Y ante el tablero, el
destino que acciona con los hombres, con piezas que mueven a su capricho y sin
orden
Y una tras otra al
estuche van, de la nada sin nombre.