El cáncer se ha convertido en una auténtica pesadilla, que nos avisa de la fragilidad de la condición humana. Deseos desmedidos de dinero o fama que lastran gran parte de nuestra vida se difuminan ante la enfermedad. Y no solo afecta a la persona que lo sufre, sino a toda la familia y amistades, porque no solo tienen que lidiar con un sentimiento de impotencia e incertidumbre, también se convierten en el apoyo fundamental en el duro proceso para lograr la curación.
Pero cuando lo que nunca pensamos que nos iba a llegar, ocurre, y la respuesta por parte del sistema de Salud debe ser rápida. El shock inicial se suaviza si, al menos, nos dan una fecha cercana para iniciar el tratamiento.
Por eso preocupa mucho más, la enorme lista de espera a la que tienen que enfrentarse, incluso también estos enfermos, y también a veces a la falta de los medios más modernos.
Aragón es una de las comunidades peor dotadas en cuanto a aceleradores para el tratamiento de radioterapia. Solo hay cinco y todos en Zaragoza ciudad, por lo que muchos aragoneses enfermos tienen que recorrer enormes distancias para poder tratarse en la capital.
La gran demanda hace que se estropeen más de la cuenta por lo que se hace imprescindible que se compren más máquinas para todos los hospitales aragoneses.
Ya sabemos que el Gobierno de Aragón ha comprado dos nuevos aceleradores lineales pero hasta el próximo año 2018 no estarán operativos. Por eso es un alivio la rápida respuesta que están dando a muchas de estas personas que han sido derivadas a comunidades vecinas para poder ser operadas y después tratadas ante esta falta circunstancial de medios en Aragón.
Garantizar y mejorar la calidad de la sanidad dotándola con un mayor presupuesto, por cierto aún sin aprobar para el año 2017, tiene que ser prioritario para cualquier gobierno. Hoy puedo ser yo pero mañana podrías serlo tú.
Daniel Gallardo Marin