14.2.17

Balance de FITUR 2017 y la presencia de Aragón

Toca hacer balance rápido de nuestra presencia en FITUR en este inicio de 2017, para tomar conciencia de lo que se intentó hacer y lo que al final hemos logrado. El turismo de naturaleza, la cultura y la gastronomía han centrado los actos principales en la feria FITUR de este 2017. En paralelo, hemos tenido más de un centenar de reuniones con diferentes sectores implicados en el turismo: agencias de viaje, oficinas de turismo de España en distintos países, reuniones con empresas de promoción online, encuentros con departamentos de turismo de otras Comunidades Autónomas… toda una red desde la que trabajar la promoción durante todo el año.

Los alimentos aragoneses con calidad diferenciada contaron en Fitur con un espacio gastronómico dentro del stand de Aragón donde poder promocionar y mostrar todo su potencial. Así, productos genuinamente aragoneses sirven de reclamo para que turistas de todo el mundo elijan a Aragón, además de por su riqueza natural y arquitectónica por su valor gastronómico.

Un reconocimiento de excelencia es el sello C’alial, marca de garantía del Gobierno de Aragón. La composición y características, los métodos de producción y elaboración, los niveles de calidad mínimos o las formas de presentación comercial son establecidos de acuerdo con la naturaleza de cada producto. Sin embargo, en todos los casos hay un requisito común: además del control interno de que cumplen con todas las normas del reglamento, los fabricantes de un producto C’alial tienen que contratar los servicios de un organismo independiente y especializado para realizar un control externo.

Por su parte, la Producción Ecológica pretende impulsar los productos de calidad agroalimentaria que respetan el medio ambiente en su elaboración, sin la utilización de productos químicos, usando abonos de residuos orgánicos. Además, el sello de Artesanía Alimentaria destaca los productos elaborados por empresas familiares, de forma individualizada y manual, como pueden ser lácteos, miel, azafrán, salazones, vinagres y otros muchos.

De sobras conocidas son las Denominaciones de Origen vitícolas aragonesas. Todas ellas cuentan con un consejo regulador que se encarga de garantizar el cumplimiento de las normas de producción que otorgan al producto la calidad que ha sido reconocida.

Asimismo, bajo la denominación Vinos de la Tierra encontramos a 45 bodegas aragonesas. Mientras que los “vinos de pago” ocupan el escalafón más alto en la pirámide de calidad vinícola y toman su nombre por pertenecer a un enclave delimitado –un pago- cuyos suelos y clima poseen unas características propias y diferenciadoras de otros puntos de su entorno.

Jorge Marqueta