A punto de comenzar la segunda fase de las obras del tranvía en Zaragoza, las dudas, sobre todo entre los comerciantes, son grandes y con bastante razón. Van a ser excesivos meses de obras complicadas, de cambios en hábitos entre los ciudadanos, durante un 2012 que se les va a hacer eterno a muchas empresas pequeñas.
Por desgracia no todas podrán soportar estas obras, y si no, al tiempo. Son años de crisis, no hay dineros públicos para intentar paliar de alguna manera seria estos problemas y sin duda el consejo es que hay que aguantar como sea, pues en el 2013 todo será bastante mejor que ahora para el centro de Zaragoza.
Que no sirve de nada plantearse medidas de presión, que no sirve retrasar las obras, que hay que soportar como se pueda, y esperar y presionar para que duren las obras el menor tiempo posible. Hay mecanismos legales para soportar algo mejor esta presión a la baja, en sus balances. Este tipo de afecciones ya las han soportado antes otras ciudades y todas hoy disfrutan de las mejoras y saben que los resultados posteriores son positivos.
Mucho ánimo.