Yo no sé donde está la Universidad para ser taxista, pero lo tiene que haber en algún lugar muy escondido. Dicen que es la vida, pero puñetas, ¿qué vida?
Hoy por la noche he pillado un taxista muy simpático en Conde Aranda, joven y preparado. Me ha puesto a los socialistas del Ayuntamiento y a los que les apoyan, a partir un burro. Mi santa esposa y yo mismo nos reíamos a más no poder. En serio. Intentaba convencernos de lo mal que lo están haciendo, de lo desastroso que están dejando Zaragoza por las obras y los robos. Y yo me partía de risa.
Todo hay que decirlo, el Calvados de la cena en familia me ayudada a reírme.
¿Pero sabrán alguna vez estos taxistas de grandes vuelos que incluso las gentes de izquierdas pueden coger taxis y reírse?
Yo propongo a Zaragoza que les quite todas las licencias a los taxistas y se las concedas a los que aprueben un examen de inteligencia política, para detectar cuando los clientes son en realidad izquierdosos de mierda, que también tienen derecho a cenar e irse de copas y luego coger taxis para volver a casa. Yo, con perdón, me río de estos imbéciles que piensan que los de izquierdas no salimos de las cuevas, más que para matar cucarachas. Se equivocan, a veces cogemos incluso taxis. ¡¡Ja, ja, ja!!