He de ser sincero. No me gusta nada la nueva imagen de Zaragoza tras las obras, con una Fuente de la Plaza Paraíso desmontada para nunca más ser. No es un lugar histórico pero si emblemático, que lleva toda mi vida, posiblemente la tuya también, acompañando un cruce muy especial en Zaragoza.
La gente de mi edad —mucha edad— recordará cómo al guardia de circulación de esta fuente en Zaragoza, se le dejaba en Navidad paquetes que se repartían luego en el cuerpo. Siempre ha sido un lugar emblemático. La Fuente en la Plaza de Basilio Paraíso ha acompañado en las últimas décadas a la ciudad y tal vez se merecía un final que no fuera el desastre, la rotura, la desaparición. Pero no parecemos estar por los recuerdos.
Fue una Fuente con mayúsculas.