No ha servido de mucho repetir unas elecciones en las que la sociedad, que está más que harta, ha generado la mayor abstención de la actual democracia. Líderes y Barones de los principales partidos siguen en sus trece, enrocados, creyéndose estar en posesión de la gracia divina.
—O yo, o nadie— parecen pensar cada uno de ellos.
Uno ya no sabe si sus señorías no tienen suficiente "actitud" o "aptitud" para llegar a acuerdos. En cualquiera de los casos, sus intransigencias nos pueden llevar a algo sin precedentes: unas terceras elecciones. En estos momentos el panorama en caso de repetirlas se presenta más oscuro que en las anteriores
No soy adivino pero el PSOE posiblemente se abstenga en la segunda votación para permitir que gobierne el partido más votado, o sea, el que hasta hora lo ha negado, el PP. En este extraño baile, en el capítulo de posibilidades se unirán a Ciudadanos y escucharán enfrente los insultos podemitas que reparten a diestro y siniestro consejos que ellos no practican.
Y en este laberinto, como unas hipotéticas terceras elecciones supondrían una mayor desconfianza de Bruselas que haría más difícil la recuperación económica, los acuerdos entre PP-PSOE-C's, han de llegar. El PSOE argumentará su "sentido de Estado" para evitar que el país se paralice todavía más y C's volverá al redil de la célula madre.
Pero también habrá otra razón de peso que no dirán y es que unas terceras elecciones supondría otra enorme pérdida de votos para estas dos formaciones. Lo mismo le pasará a Podemos, que empieza a diluirse en su propia cal, viva. Pero no todo van a ser triunfos para el PP. Puesto a adivinar, auguro un gobierno que durará solo dos años, ya que sucumbirá víctima de las tensiones políticas que surgirán cada vez que haya nueva ley o simplemente, a la hora de aprobar los presupuestos. Con estos bueyes hay que arar. Si Políticos de ideologías dispares fueron capaces de entenderse en pos de la actual democracia después de años de dictadura, estos lo tienen más fácil.
Daniel Gallardo Marin