8.7.16

El Gobierno de Aragón avanza. Pero queda mucho por alcanzar

El Gobierno de Aragón hizo balance ayer de su primer año en el Gobierno. Triunfalista pero con esas dosis de realismo que debe impregnar cualquier balance serio, pues si bien se ha trabajado mucho en este año para cambiar las dinámicas anteriores, la situación general no es buena, la economía no logra remontar, el trabajo sigue siendo una asignatura que frena cualquier atisbo de alegría, y las inversiones necesarias son tantas que es imposible estar contento de la labor realizada.

Pero hay algo que me gustaría remarcar, desde la tranquilidad del análisis y no desde la obcecación del partícipe lejano de cualquier gestión. Es el levantamiento del orgullo aragonés, es la puesta sobre la mesa de Aragón de sus problemas importantes que nos lastran y sobre los que debemos trabajar mucho. Aragón es capaz, los aragoneses somos muy capaces, pero nuestra autoestima estaba muy baja.

Crear metas, marcarlas y mostrarlas, señalar el camino y su finalidad, es un fundamento político que pocas veces se hace. En la política estamos mucho más acostumbrados a inaugurar, a invertir y olvidarnos de lo invertido. Pero señalar el Canfranc como prioridad, el turismo como elemento vertebrador y económicamente rentable, la educación como una imprescindible a todos los niveles energía de sociedades, son caminos básicos para levantar Aragón.

Necesitamos que se nos respete en la misma medida en que nosotros como aragoneses respetamos a nuestros vecinos. Los bienes artísticos e históricos que están ilegalmente según todos los juzgados en otros territorios, son el punto de fricción de ese respeto MÍNIMO que todo territorio, que toda sociedad debe vigilar y cuidar.

Hay mucho trabajo, quedan muchas cosas por hacer, un año sólo es un año, pero si no entendemos desde todos los aragoneses que es posible elevar Aragón hasta una situación simplemente lógica y básica, para después plantearnos hasta dónde, habremos perdido un momento histórico de los que se repiten muy pocas veces en un siglo. Dependemos todos de todos.